Mejorar la seguridad vial, aumentar la capacidad de acoger vehículos, reducir los atascos y limitar la vulnerabilidad en el punto más crítico de la red viaria de Bizkaia. Estos son los objetivos principales de la nueva intervención en el nudo de Cruces que va a acometer a partir de otoño próximo la Diputación Foral de Bizkaia.

El diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales, ha presentado esta obra que se acometerá en el tramo de 1,2 kilómetros de longitud que discurre entre la conexión de las autovías que vienen de Cantabria y Bilbao y el inicio del puente de Rontegi, en dirección hacia el corredor de Txorierri.

CUARTO CARRIL

En esencia los trabajos implicarán el ensanchamiento de la actual plataforma por la que discurre el tráfico incorporando un cuarto carril. "Con ellos vamos a conseguir segregar los tráficos y quitar los puntos de trenzado actuales", indicó Pradales.

El diputado foral fue claro al definir en cuatro puntos la complejidad del nudo viario de Cruces. Por un lado, el elevado tráfico que aguanta 250.000 vehículos de media cada día, de los cuales buena cantidad de ellos son camiones en viajes largos que tienen como destino u origen el Puerto de Bilbao. Por otro, la orografía variable del tramo que afecta precisamente a la circulación del tráfico pesado. También por los diferentes cruces existentes al mismo nivel, denominado efecto cremallera, de varios de los carriles y, finalmente, por atender la alta demanda de circulación del segundo municipio vizcaino, Barakaldo, el hospital referencia de Euskadi, el de Cruces.

SINIESTRALIDAD

La ingente cantidad de tráfico que aguanta este nudo viario supone una elevada siniestralidad. Pradales ha indicado como "desde 2015 se han producido 140 accidentes, la mayoría colisiones fronto-laterales y siniestros de chapa". Afortunadamente, los heridos fueron casi todos leves, 57, excepto una persona que resultó grave. "Hay muchísima siniestralidad", ha sentenciado el diputado foral "sobre todo entre las 7 y la 9 de la mañana de los días laborables", cuando más tráfico se genera.

Para minimizar al máximo los problemas que genera este difícil escenario los técnicos forales han apostado por añadir el cuarto carril mencionado que supondrá ampliar el actual viaducto del Buen Pastor, mover hacia un lateral el paseo peatonal que une Cruces con el centro de Barakaldo y ampliar el voladizo existente antes de acceder al puente de Rontegi.

Todo el conjunto de nuevas construcciones se complementará con la pavimentación del tramo en cuestión, el cambio de la actual iluminación a otra de tipo led, la mejora los drenajes y la colocación de una pantalla acústica para rebajar el ruido del tráfico a los vecinos del entorno.

COMIENZO DE LAS OBRAS

La pretensión foral es sacar a concurso los trabajos el próximo mes con la idea de adjudicar las obras a lo largo del verano y que den comienzo en otoño "tras concluir los trabajos en marcha de la segunda fase en el nudo de Kukularra", ha apostillado el diputado. El plazo de ejecución es de 18 meses con lo que en dos años estará finalizadas tras haber invertido un máximo siete millones de euros.

Un presupuesto elevado que viene marcado por el hecho de que se van a mantener durante las obras todos los carriles actuales en servicio. Pradales ha indicado que "por ello buena parte de los trabajos se efectuarán de noche para molestar lo menos posibles a los conductores".

El responsable foral ha dicho que el intercambiador de Cruces es "el fusible más importante de la red viaria" y ejecutar este proyecto "es necesario antes de iniciar la construcción de la variante a Rontegi por debajo de la ría". Ha reconocido que con la pandemia el tráfico había disminuido en este punto y en toda la red viaria del territorio, pero "hasta 2019 todos los indicadores nos avisaban que vamos a la saturación de tráfico en esta zona. Es un tramo complejo y delicado", ha especificado.