EN cada palabra que pronuncian Ana y Estibaliz Pertika Santacoloma se destila el orgullo que sienten por sus padres: el inolvidable Jon Pertika y Ana Santacoloma. Juntos formaron un tándem indisoluble en el grupo Beti Jai Alai de Bilbao. Detrás de Jon Pertika estaba Ana Santacoloma, una mujer que "desde la sombra ha hecho una ropa que es la envidia de mucha gente", atestiguan sus hijas.

Y todo ello cuando su único contacto con las danzas hasta que se casó fue su participación en la Sección Femenina. Después, todo comenzó a hilarse. De su unión con Pertika nacieron Ana y Estibaliz que con "seis años" dieron sus primeros pasos de baile y aunque su madre solo las acompañaba comenzó a echar una mano. Después, se encargó de los trajes cuando en el grupo se quedaron sin responsable. "Mi padre vio una oportunidad y le dijo que si les ayudaba. Antes de casarse había trabajado de modista y mi madre tiene muy buen gusto para las telas, entendía y le gusta mucho coser. Además, qué más quería mi padre que tenerla a su vera. Suele decirse que detrás de un gran personaje, está una gran mujer, ahí está mi madre", recuerdan sus hijas que ponen en valor la calidad de los trajes que creaba: "Artesanal, artesanal, con botones elaborados a ganchillo,...".

Pero antes de tener los patrones y las telas, había que pensar qué baile se iba a sacar a la plaza. "Hay dos tipos de baile: los que se copian exactamente cómo se hacen en el lugar de origen y las recreaciones", detallan sus hijas. Si la elección era la primera "se copiaba la ropa como está en el pueblo". Si se optaba por las recreaciones se buscaban "grabados, litografías, libros..." para lograr trajes lo más fieles posibles a la realidad.

En todo ese proceso Ana Santacoloma contó con la ayuda de "Iñaki Irigoien, Mikel Lizarza y Karmele Goñi" y también de su hermana Eva con la que cosió durante horas y días. Unas de las piezas más importantes que diseñó y creó fueron las prendas basadas en el cuadro Besamanos a Fernando VI por los vizcainos en 1476, de Francisco de Mendieta que se encuentra en la Casa de Juntas de Gernika. "Para esos trajes fueron a buscar las telas a Iparralde, Valencia o Madrid. Cada traje se iba diseñando y pensando qué tipo de tela se necesitaba y se buscaba", comentan Ana y Estibaliz. Entre las piezas artesanales que han pasado por las manos de Ana Santacoloma destacan las del aurresku de Begoña que recuperó el grupo Beti Jai Alai. "Toda la ropa salió del cuadro de Villaamil. Ella fue la que llevó adelante las telas, los trajes. Investigó con Amaia Mujika y estuvieron días y horas", puntualizan sus hijas.

Pero en otros puntos de Bizkaia el nombre de Ana Santacoloma es bien conocido. "Los grupos de danzas le consultaban qué tipo de telas eran las más adecuadas para los trajes. Para bailar la Kaixarranka de Lekeitio hizo dos banderas: una para el grupo y otra para el grupo de Lekeitio. También hizo el chaleco del capitán con el que bailan la ezpatadantza de Markina-Xemein. Trabajó para grupos de toda Bizkaia", rememoran. En el documental que se grabó con motivo del 50 aniversario del Beti Jai Alai, Ana Santacoloma explicaba qué pasos se seguían para cuidar los trajes: "Lo primero era preparar la ropa con la que se iba a bailar, llegabas al lugar, sacabas unas barras y colgabas todos los trajes". Todo ello para que los trajes se conserven como auténticas obras de arte.