Un conductor sale de Santurtzi en dirección a Donostia. Cuando llega a la altura de Barakaldo, le surge el dilema de tomar la A-8 o, por Rontegi, utilizar el corredor del Txorierri. El navegador del vehículo le lanza una alerta: dos coches acaba de sufrir un accidente en las curvas de Zorrotza. La decisión está clara. No es ciencia ficción; hay tecnología que permite hacerlo. Y será realidad en Bizkaia en 2023, cuando los 57 kilómetros de la A-8 entre Ugaldebieta y Ermua se convierta en la primera autopista inteligente del Estado.

Para ese año, la Diputación quiere instalar un sistema de balizas y sensores que permitan a la carretera lanzar avisos en tiempo real a los vehículos de cualquier incidencia que ocurra en ella, desde accidentes, fenómenos meteorológicos o cortes por obras. "Cemento y tecnología al servicio de una movilidad más segura y sostenible", ha resumido el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales.

Bizkaia tendrá la primera autopista inteligente en 2023

Bizkaia tendrá la primera autopista inteligente en 2023

El departamento foral ha firmado un convenio de colaboración con Tecnalia para desarrollar lo que técnicamente se conoce como corredor cooperativo; aunque hay algunas experiencias piloto, será el primero que se implante en Euskadi y también el primero de carácter permanente en todo el Estado.

No es otra cosa que una infraestructura que está conectada digitalmente con los centros de control, que recibirá muchísima información sobre el estado en la que se encuentra para poder tomar decisiones que permitan que el tráfico siga circulando, y los propios vehículos, que podrán recibir avisos en tiempo real. "Con este acuerdo damos un salto cualitativo y preparamos las carreteras de Bizkaia para el futuro", ha avanzado el responsable foral sobre un proyecto que echará a andar en las próximas semanas y será una realidad en 2023.

Y eso, ¿cómo se consigue? En los 57 kilómetros de autopista A-8 que discurren entre Ugaldebieta y Ermua se van a instalar 50 balizas de comunicación, cinco cámaras inteligentes y 135 sensores, elementos que serán los encargados de percibir cualquier cambio en la carretera -un atasco, una balsa de agua, un cambio en la velocidad máxima, unas obras, un obstáculo en la calzada...- y enviar esa información a los vehículos. Estos, por su parte, deberán estar equipados con tecnología de recepción de datos para poder recibir esa información, un dispositivo OBU que comienza a venir ya integrado de serie en muchos de los nuevos modelos. "Todos los fabricantes de vehículos están incorporando estos sistemas en sus vehículos, porque el futuro viene por ahí", ha apuntado el diputado.

VEHÍCULOS QUE TOMAN DECISIONES

Con la información recibida, hoy en día es el conductor el que toma la decisión de qué ruta tomar pero el futuro, cada vez más cercano, va más allá y habla de vehículos que, al detectar por ejemplo una colisión unos metros por delante, disminuyen ellos mismo la velocidad. "Cada vez más vehículos incorporan tecnología para emitir y recibir datos. Y el futuro pasa porque sean los vehículos los que tomen decisiones y actúen en base a esa información", ha explicado Pradales. "No es solo información para la persona usuaria, es información para el vehículo también. Estamos avanzando en la automatización de la conducción y la autorregulación de los tráficos".

Se trata de información que los conductores ya pueden recibir hoy en día a través de otras aplicaciones pero la diferencia es que no estará desarrollada por terceros. "Es información que llegará a todos los usuarios que pasen por la red, información directa, constantemente actualizada y sin intermediarios", ha matizado Pradales. Su puesta en marcha permitirá no solo disminuir el tiempo de viaje de cada conductor, sino también reducir los accidentes de tráfico y el gasto de combustible, con los beneficios ambientales que ello conlleva.

Además de ser de gran utilidad para los usuarios, el sistema redundará también en una gestión más eficaz desde los centros de control de tráfico -a la hora, por ejemplo, de cerrar un túnel si hay una congestión en su interior-, que podrá anticipar posibles incidencias y tomar decisiones con más tiempo para prever todo tipo de situaciones.

"GRAN LABORATORIO" DE I+D+I

La autopista se convertirá también en un "gran laboratorio" de I+D+i, donde diferentes empresas como fabricantes de materiales de construcción o desarrolladores de componentes electrónicos podrán testar y homologar soluciones reales en una carretera real. Tanto el diputado foral como el presidente de Tecnalia, Alex Belaustegui, han destacado que este proyecto va a convertir a Bizkaia en un territorio "tractor" en la generación de un ecosistema tecnológico vinculado a la movilidad eléctrica y a las infraestructuras seguras y conectadas. "Es una apuesta práctica por la I+D+i; el objetivo es contar con empresas interesadas y generar así sinergias y colaboraciones entre el sector de la automoción, la construcción y las startups tecnológicas", ha destacado Belaustegui.