La venta de café o bebidas en los bares tras el cierre de la hostelería ha suscitado polémica en el sector y se ha convertido en uno de los últimos temas de conversación en esta era del covid en la que cada día los ciudadanos deben de ir adaptándose a nuevas normas. "Solo le puedo dar café si se lleva algo para comer", comunican a los clientes los hosteleros que intentan sobrevivir a esta situación ofertando comida para llevar.

Mientras que los bares solo pueden vender cafés, eso sí con cita previa y acompañado de algo para comer, desde por la mañana en las pastelerías-panaderías despachan a clientes que hacen cola para coger su vaso de café: "No lo entiendo. En las pastelerías hay colas para coger un café y en el bar solo puedo vender café si va acompañado de un pintxo. No tiene ninguna lógica. ¡Que me expliquen a nivel sanitario qué problemas genera eso!", afirma Zuriñe Romero, del bar Izaro en Basurto. "Lo único que pretendemos es perder lo mínimo posible, pero respetando lo que nos piden que hagamos", añade la hostelera.

De momento, el Gobierno vasco se mantiene en sus trece y no levantará a bares y restaurantes la prohibición de poner café y otras bebidas para llevar que por el contraio si tienen autorizado panaderías y establecimientos de degustación. Sin embargo el sector tiene la esperanza de que esto se modifique en breve, porque a nivel sanitario no tiene razon de ser. "He preguntado al Gobierno que me den una argumentación sanitaria para justificar esta situación. Sigo esperando", dice el gerente de la asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez.

Por de pronto, el consejero de Turismo, Comercio y Consumo, Javier Hurtado, ha aclararo que fue la comisión técnica de LABI la que estableció que existe una diferenciación entre establecimientos y parece que abre una puerta a una adaptación de la normativa: "Dada la situación que se ha creado será uno de los asuntos que volveremos a tratar en la siguiente reunión. Llevaremos esta polémica y la volveremos a tratar en el siguiente LABI", explica el consejero.

Lo cierto es que para aquellos hosteleros que abren para ofrecer comida y bebida para llevar a sus clientes lo que recoge el documento del Gobierno vasco no tiene ninguna lógica y lo consideran "totalmente injusto". "¡Y encima café con cita previa! ¿Si el bar está vacío y se guardan las distancias dónde está el problema?", plantea Zuriñe del bar Izaro.

El documento que el Gobierno vasco hizo público la semana pasada para responder a este tipo de preguntas -y que es actualizado cada pocos días- en base a la literalidad del decreto de restricciones es bastante claro. No se pueden vender bebidas para llevar -y no se pueden repartir a domicilio- si no se compra además algo de comer. Los hosteleros esperan la rectificación del LABI y esperan que en breve puedan volver a vender un café sin saltarse las normas. Mientras tanto hay hosteleros que lo tienen claro: "Qué quieres un café? No te preocupes, te pongo con una magdalena", dice el hostelero Boni García del Café Lago de la calle Correo, en el Casco Viejo de Bilbao.

"ES UN CAFÉ, NO UN CLUB"

La semana pasada la policía municipal le comunicó que no podía vender solo cafés, sino estaba acompañado de algo para comer. "En el rótulo pone Café Lago, no club o pub Lago, si fuera eso sería otro tipo de negocio. ¿Llevamos años vendiendo cafés, y ahora, con la que nos está cayendo no vamos a poder hacerlo? Solo queremos subsistir, no nos vamos hacer ricos", apunta enfadado el veterano hostelero. Boni García ha trasladado su malestar en persona al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, quien le recibió recientemente en el Ayuntamiento.

El Café Lago ha vuelto a abrir y lo ha hecho para atender cita previa las demandas de los clientes: "Los hosteleros queremos trabajar, no estar esperando a las ayudas. Con esto que nadie se piense que vamos a sacar el mes. Hasta que la situación remonte, excepto los trabajadores el resto ha vuelto al ERTE. Lo que más me preocupa es poder mantener los puestos de trabajo. Solo queremos trabajar y poder pagar lo que debemos a final de mes", insiste.

Por su parte, desde la Asociación de Hostelería de Bizkaia, su gerente, Héctor Sánchez adelanta que no se van a quedar con los brazos cruzados con esta norma que no beneficia al sector y que solo le genera una traba más en esta situación por la que está atravesando.

"El hostelero tiene dos opciones: quedarse en casa y cobrar 472 euros o ir a trabajar. No hay más". Ante esta coyuntura, desde la asociación de hostelería de Bizkaia tienen previsto -utilizar la interpretación de la norma- a favor del hostelería y fijar una acción para que los bares puedan vender cafés. "Estoy a la espera de cerrarlo con el resto de asociaciones de Euskadi, pero lo que tenemos claro es que nuestro objetivo, de una manera u otra es trabajar en pro de los hosteleros y en eso estamos", concluye Héctor Sánchez.