Por primera vez en 32 años, Enkarterri no saludará la Nochebuena en el Ogi Eguna de Galdames. El Ayuntamiento ha adoptado la "dura y triste" decisión de suspender la feria, ya que su organización resulta "inviable la celebración del mismo debido a la situación actual generada por el covid-19 y a la falta de espacio para buscar una alternativa segura".

Desde que, "siguiendo la tradición" de elaborar pan en horno de leña artesano, un grupo vecinal tomara la iniciativa de reunirse dando lugar a una de las ferias más emblemáticas de la comarca, "nunca hasta ahora" había faltado a su cita mientras "iba cogiendo cada vez más fuerza". A la "veintena de puestos en la plaza San Pedro de pan y productos derivados" se habían sumado stands de variedades "y una pequeña feria de artesanía" con oficios de cuero, lana o cerámica y algunas demostraciones en directo. Tampoco este año el público infantil recibirá alborozado a Olentzero y Mari Domingi porque "la situación no permite la gran aglomeración que se concentra para formar grandes colas esperando al carbonero". El Ayuntamiento de Galdames "lamenta profundamente" la ausencia del evento que "reúne todos los años a miles de personas" y transmite su "tristeza", pero "debe primar la salud para que el próximo año podamos celebrarlo a lo grande". Pese a todo, el Ayuntamiento prepara "una bonita iniciativa" para alegrar las navidades dentro de lo que cabe.

La supresión del Ogi Eguna también representa un revés para los productores que lo tienen marcado en su calendario. En Horno de Leña Saratxaga "acudimos desde hace quince años y llevamos veinte participando en el concurso de pan". Es una jornada "en la que se vende muy bien, además de la gente de Enkarterri hay movimiento de fuera, ciclistas que están de recorrido y paran aquí..." por lo que "debemos reponer el género continuamente, se nos agota", asegura Jonathan Saratxaga.

Hace dos años que Horno de Leña Saratxaga se trasladó del núcleo de La Quadra, perteneciente a Güeñes, al barrio Humaran de Galdames, un cambio "a mejor" a juzgar por la respuesta de la clientela. La panadería familiar también está haciendo frente al coronavirus. Como servicio esencial, "hemos seguido trabajando durante el confinamiento, aunque nuestros horarios van al contrario que la mayoría: entramos a las 22.00 horas".