"Cada una desde su casa", de acuerdo a las restricciones impuestas en el estado de alarma, once personas trabajan a diario con algodón. "Llamé a un ambulatorio y me dijeron que en ese caso se podía, pero que las hiciéramos dobles", explica. Al principio se apañaban "como podíamos", por ejemplo, con sábanas". Rápidamente el Ayuntamiento se implicó aportando material "cuyas facturas se pagan, lógicamente", y desde la coordinación "para que no se muevan de sus hogares, de forma que ejercemos por así decirlo de recadistas" también al depositar las mascarillas en el Consistorio, "desde donde se reparte a quien le haga falta", señala el alcalde, Raúl Palacio. Después de divulgar la iniciativa en redes sociales han recibido solicitudes de "comercios que deben seguir abiertos, ganaderos o recogedores de leche" a quienes les resulta imposible permanecer confinados.

A las componentes de la agrupación Karrantzako Jostunak se han unido otras voluntarias deseosas de contribuir. Sus compañeras les envían las indicaciones para llevar adelante el proceso. "En mi caso, he llegado a coser ochenta en un día", calcula Encarni. Aportar su granito de arena facilita el día a día de la cuarentena en un municipio tan extenso como Karrantza, con un destacado porcentaje de personas mayores en barrios dispersos.

Asimismo, el Ayuntamiento ha reforzado la limpieza y desinfección de los espacios públicos en los que más gente se concentra, como residencia, supermercados o centro de salud. El personal del servicio "se ha doblado para atender en las mejores condiciones posibles y les hemos cedido un vehículo municipal" para que los médicos puedan desplazarse en caso de precisar los pacientes atención a domicilio. Y "desde el principio" se estableció la colaboración entre "Ayuntamiento, Protección Civil y Mancomunidad en lo relativo a la atención a gente necesitada en sus compras o farmacia", recuerda el alcalde, quien llama a la ciudadanía a "no relajarse, porque todavía es previsible que tengamos que continuar así durante un tiempo". En consecuencia, "por el principio de solidaridad con la gente que ha de trabajar, nos parece importante lanzar este mensaje para que sigamos en esta línea".

Karrantzako Jostunak y todos los que han respondido a su convocatoria en este momento tan delicado hacen suyo el mensaje y ponen a pleno rendimiento agujas, hilos y máquinas de coser. Al premio Karrantza Naturala que recogieron en enero se añade la mención de honor a la solidaridad.