gasteiz - Cumplido el primer mes tras el abrupto cierre del vertedero de Zaldibar, al venirse literalmente abajo la ladera del monte, el recinto vitoriano de Gardelegi abrirá sus puertas a partir de la próxima semana para empezar a recibir los primeros camiones con residuos alaveses no peligrosos que hasta ahora terminaban en territorio vizcaino. Así lo corroboró ayer el primer edil gasteiztarra, Gorka Urtaran, en su habitual comparecencia de los viernes. No terminó ahí el anuncio del regidor jeltzale al ampliar el cupo de 23.000 toneladas anuales, que inicialmente se pensaban aceptar. "Podríamos albergar esa cantidad y ver también en los próximos días hasta dónde somos capaces de acoger residuos alaveses que hasta ahora iban a otros lugares", acotó Urtaran.

Este anuncio llegó apenas 24 horas después de conocerse la orden del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco en el que se solicitaba al Ayuntamiento de Gasteiz aceptar la mayor cantidad posible de residuos industriales generados en el ámbito territorial. Quiso puntualizar Urtaran a este respecto que la medida del área de Iñaki Arriola "no supone un a obligación", sino que demanda de la institución municipal poder "analizar la cantidad máxima posible a recibir".

Se centró también en un segundo aspecto como la duración en el tiempo de esta llegada masiva de residuos al vertedero alavés. La orden de Lakua se centra en un primer plazo de 12 meses con la seria posibilidad de prorrogarlos, en caso de no haber cumplido los objetivos marcados. Urtaran fijó también en un año el tiempo en el que contemplar la llegada de esas 23.000 toneladas, aunque deslizó también que se va a someter a estudio el "plazo de duración" de esa medida en caso de que hubiera que estirarla más allá de los doce meses.

tasa por tonelada La confirmación de que el vertedero gasteiztarra abrirá sus puertas para paliar el déficit de lugares donde llevar esos residuos industriales no peligrosos supondrá tener que hacer algún "pequeño refuerzo" en la actual configuración de Gardelegi. Habrá que habilitar y concretar los espacios en los que se van a empezar a depositar esas 23.000 toneladas de desechos y también ajustar las nuevas necesidades materiales y de recursos humanos que conlleva atender a ese ingente cupo de residuos.

Otra de las cuestiones a las que también se refirió ayer el primer edil gasteiztarra fue el coste económico que supone autorizar la entrada de residuos en una infraestructura pública de titularidad municipal. La tasa por tonelada que se cobra es de 38 euros y supone un precio más elevado de los 22 que estaban pagando quienes descargaban sus desechos en el inutilizado recinto de Zaldibar. La notable diferencia, 16 euros, entre un lugar y otro, se debe al hecho de estar gestionado por manos privadas o por una institución pública, como es el caso de Gasteiz. Este dato sirvió a Gorka Urtaran para hacer una reflexión sobre las tasas que cobra el Ayuntamiento y que no llega a cubrir el coste del mismo.

Aplicado a la situación concreta de Gardelegi que se va a generar con la llegada de esas toneladas, supondrá más de 4,2 millones de euros, aunque los costes de explotación subirán también hasta situarse en los 1,2.