Bilbao - La Diputación inició los contactos con nueve operadores para buscar al gestor que se haga cargo del Centro Internacional de Emprendimiento, después de que la licitación abierta para dinamizar el espacio que se ubicará en la Torre Bizkaia quedara desierto. Según informó ayer en las Juntas Generales la diputada de Promoción Económica, Ainara Basurko, el procedimiento negociado con publicidad que se utilizará ahora para encontrar ese gestor se puede prolongar hasta ocho meses.

Todos los partidos de la oposición habían solicitado la comparecencia de Basurko tras conocerse que ningún operador se había presentado a la licitación pública lanzada por la Diputación para dinamizar el Centro Internacional de Emprendimiento. La responsable foral de Promoción Económica explicó que los cuatro gestores que en un principio habían mostrado su interés por el proyecto, aunque finalmente no se presentaron, alegaron como motivos el alto grado de salvaguarda de la inversión pública planteada en los pliegos, un canon y penalizaciones "excesivas" o flujos económicos planteados de menos a más. Entre otros, las condiciones establecían un canon para el adjudicatario de 24 euros por metro cuadrado -hasta 9.542 en tres fases, partiendo de un mínimo de 4.000-, un grado de ocupación del 95% para el tercer año de cada fase o la exclusividad, no pudiendo abrir ningún otro centro de este tipo en la zona norte del Estado mientras dure el contrato. Cobraría por ello 10 millones de euros, más IVA, en quince años.

Tras analizar a nivel jurídico las posibilidades que se les abrían tras declararse desierto el concurso, la Diputación considera que el que mejor se ajusta a las necesidades es el procedimiento negociado con publicidad, que incluye un diálogo previo con aquellas empresas que pudieran estar interesadas en el proyecto, incorporando las variaciones que se consideran oportunas antes de lanzar la nueva licitación, que también será abierta. "El resultado que hemos tenido en la licitación anterior justifica la complejidad jurídica y financiera que tiene este contrato y, por tanto, la necesidad de negociaciones", señaló Basurko.

De hecho, la Diputación estableció contactos iniciales con nueve posibles solicitantes, entre ellos los cuatro operadores que mostraron interés en la primera licitación. "Estamos hablando con ellos para profundizar, explicar en qué consiste y recibir su feedback", apuntó la diputada foral. Con todas esas aportaciones se elaborará un nuevo plan de viabilidad, ya que se mantendrá la idea inicial de que la fórmula sea la del contrato de concesión de servicios a quince años. Dicho plan se publicará, junto al anuncio de la licitación, indicando cuáles serán los aspectos técnicos y económicos objeto de negociación, con el objeto de que las propuestas mejores esos ámbitos.

Tras la publicación del nuevo pliego de condiciones, los aspirantes tendrán un plazo de treinta días para estudiar el documento y decidir sobre su participación, aunque será la Diputación quien les invite formalmente a participar. Posteriormente, tendrán otros 25 días para presentar ofertas iniciales con las que se abrirá la fase de negociación. Finalmente, las empresas deberán presentar su oferta definitiva. Este procedimiento podría alargarse entre seis y ocho meses, según los cálculos avanzados por Basurko.

La diputada foral reconoció que, en este nuevo proceso, serán negociables "algunos parámetros", aunque advirtió de que los objetivos del centro no variarán. "No vamos a negociar lo que queremos que haya dentro: startups relacionadas con ámbitos que son estratégicos para nosotros como el foodtech, la movilidad, la innovación abierta...". También mostró su convencimiento de que el centro verá la luz, ya que "los propios operadores nos han mostrado su interés por el proyecto".

La oposición criticó duramente el proyecto. Desde EH Bildu, su portavoz, Bea Ilardia, consideró que "se ha empezado la casa por el tejado, dando más importancia a contratar un gestor internacional de renombre que al proyecto a desarrollar". Israel Escalante, de Elkarrekin Bizkaia, planteó que la iniciativa plantea "muchas interrogantes" y un gasto "excesivo. Estos proyectos megalómanos hay que plantearlos bien desde el principio". Finalmente, Amaya Fernández (PP) calificó de "estrepitoso fracaso" esta primera licitación, "fruto de la improvisación ante la cercanía de las elecciones".