Bilbao - ¿Qué puede aportar un graduado en Educación Física a una entidad financiera? ¿Y un estudiante de Bellas Artes a una pyme del ámbito de la biosalud? El programa Talentia Challenge de la Diputación demuestra que mucho. La institución foral vuelve a poner en marcha la cuarta edición de esta iniciativa, en la que 35 jóvenes universitarios trabajarán en equipos para resolver los retos propuestos por cinco organizaciones y empresas de Bizkaia. "El objetivo es impulsar y favorecer las condiciones y procesos de atracción, retención y vinculación de personas altamente cualificadas al territorio", destacó ayer la diputada de Promoción Económica, Ainara Basurko.

El planteamiento es sencillo: 35 participantes, de entre 22 y 25 años, deberán plantear una solución al reto propuesto por las cinco empresas que toman parte. En esta nueva edición, que dará comienzo en enero y se desarrollará durante cinco meses, participarán Biolan, Elecnor, Fineco, Zunibal y La Caixa, que presentan retos muy diferentes: desde cómo incrementar el voluntariado corporativo entre los profesionales de la entidad, en el caso de esta última; la definición de un nuevo modelo de negocio para Biolan o un análisis avanzado de los clientes de Fineco. "Son retos muy diferentes, algunos ligados a su propia actividad, pero otro en áreas nuevas", apuntó la diputada.

Los participantes, "los alumnos más brillantes de Bizkaia" seleccionados entre la UPV/EHU, la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea que ya han tomado parte en otros programas Talentia, proceden de veinte grados muy diferentes entre sí. Hay arquitectos, químicos, informáticos, periodistas, administrativos, ingenieros, psicólogos y graduados en Bellas Artes o Educación Física. "De esta forma, conseguimos que puedan dar una visión integral y diferente de los retos", subrayó Basurko.

Los jóvenes trabajarán en cinco equipos, uno por empresa, con la ayuda de un coach que les acompañará en todo el proceso, y recibirán formación a través de mentores especializados. El programa incluye una estancia en Barcelona para captar nuevas ideas y enriquecer sus propuestas, aunque es posible que realicen también otras visitas similares a las que en ediciones anteriores hicieron los participantes a Helsinki, Berlín o Cambridge. "Es un proceso de aprendizaje tanto para las empresas, porque conocen nuevos puntos de vista, ideas frescas que traen los jóvenes, y también para los propios talentos, que entran en dinámicas muy diferentes a las que han vivido hasta ese momento, tanto en la universidad como también en su trabajo, ya que algunos de ellos ya han accedido al mercado laboral", especificó por su parte Iván Jiménez, director de Bizkaia Talent.

"Nos ha venido de maravilla" La ikastola Seber Altube, de Gernika, fue una de las participantes en el programa en su pasada edición. "Estamos encantados, muy contentos. Nos ha venido de maravilla. Lo que aporta la juventud no lo aporta la experiencia", valora su director, Antonio Arteagabeitia. Tanto es así que han contratado los servicios de los jóvenes que afrontaron su reto para implementarlo de forma real en el centro educativo.

En su quincuagésimo aniversario, la ikastola se planteó una serie de líneas estratégicas, entre las que se encontraba la necesidad de abordar las nuevas necesidades de la sociedad actual. "Tenemos una realidad completamente diferente -familias divorciadas, personas que trabajan fuera del municipio, autobuses, problemáticas como la violencia de género...- y seguimos funcionando como en la época de la preindustrialización. Queríamos dar una mejor respuesta a las necesidades modernas", recuerda Arteagabeitia. Por ello decidieron tomar parte en el programa, que les adjudicó un grupo de siete jóvenes de disciplinas tan dispares como la arquitectura o la informática. Mantuvieron un sinfín de reuniones, tanto con los trabajadores del centro como con las familias y los alumnos, "empapándose de su realidad", y viajaron al extranjero para conocer otras realidades. Para junio del año pasado les presentaron una propuesta: ampliar el tiempo para que los alumnos coman y reducir el de recreo posterior, trasladándolo a última hora de la tarde para, dependiendo del día, trabajar en proyectos transversales, reforzar algunos ámbitos educativos o destinarlo a actividades complementarias como la robótica, el bertsolarismo o la sexología. Tanto les gustó la idea en el centro que están dispuestos a implementarlo, si así lo deciden en una votación todos sus agentes, y han contratado los servicios del grupo para ello. "Ha sido una bomba, tanto para los jóvenes, por el aprendizaje que les ha supuesto, como para nosotros, porque nos han ofrecido una mentalidad y un enfoque diferente, más fresco", finaliza.