La ría conecta y desvela en su recorrido 81 edificios entre Bilbao, Barakaldo, Leioa y Gexto, que abrirán sus puertas a la ciudadanía de forma gratuita. En realidad se puede entender como un ejemplo de hospitalidad para con los vizcainos que tendrán la posibilidad de entrar en palacios nunca antes expuestos a la visita pública, hoteles, iglesias, frontones... Open House, festival de arquitectura y urbanismo de carácter internacional, nació en 1992 en Londres de la mano de Victoria Thornton y cumple en Bizkaia su tercera edición.

Más de una vez y más de uno hemos recreado en la mente lo que ocurre en lugares a los que no se nos está permitido el acceso, bien porque son privados o porque siendo públicos el trabajo que se desarrolla en su interior lo impide. La iniciativa Open House permite hacer realidad sueños y también pone al alcance de la ciudadanía el valor arquitectónico de lo que existe en Bizkaia.

Tras el éxito de las dos pasadas ediciones con más de 35.000 visitas, el mayor festival de arquitectura y urbanismo incorpora en esta ocasión los edificios de Getxo y el Palacio Artaza en Leioa. Para la alcaldesa de Getxo, Amaia Aguirre, “es una oportunidad para atraer visitantes al municipio y para entrar en la internacionalización de nuestra localidad”.

Todo el que así lo desee podrá descubrir los misterios de la Ermita de Santa Ana, del Palacio de Santa Clara o sentir la música de la escuela Andrés Isasi, entre otros edificios. Pero además, se permitirá adentrarse en las galerías de Punta Begoña tras su restauración en verano.

Entre las novedades que se incorporan en esta edición se encuentra el Palacio Munoa, construido en 1860 y reformado en 1916 por encargo del industrial Rafael Echevarría Azcarate al arquitecto Ricardo Bastida, que convirtió el caserón en un palacio de estilo francés, con un diseño interior al estilo del II Imperio.

Para la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo, es la oportunidad de mostrar un Barakaldo en el que “hace tiempo desterramos la imagen gris y descubrimos a todo el mundo otra mirada”. Una mirada que parte del pasado y llega hasta el momento actual a través de edificios como el Palacio Larrea, la iglesia de Santa Teresa, la iglesia y teatro de los Paules, el Pabellón de Orconera o los cargaderos de Barakaldo, entre otras construcciones. Del Campo mostró su satisfacción porque en esta edición se unan a Getxo y Leioa. “Nuestro nexo de unión es el Palacio Echevarría porque el dueño de este palacete del siglo XVIII acabó eligiendo Barakaldo como residencia”. Open House promueve experimentar la arquitectura como componente indispensable de la cultura e identidad de la ciudad. Las palabras del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, incidieron en que esta experiencia “nos permite que conozcamos las relaciones y vínculos históricos entre los diferentes núcleos y sus gentes a través de la arquitectura y urbanismo”. Una de las novedades a destacar en la villa es la incorporación de las Casas de la Cava de Deusto, antigua residencia familiar de Rafaela Ybarra Vilallonga, hija del fundador de Altos Hornos.

También se refirió al voluntariado indispensable para que funcione esta iniciativa.

El año pasado, la segunda edición alcanzó la cifra de más de 35.000 visitantes durante un solo fin de semana y la participación de 500 voluntarios. “Este año se espera que 650 personas o más, de manera altruista, ofrezcan su tiempo para que el resto de la ciudadanía pueda acceder a estos edificios y conocer un poco más su historia”.

El director de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, Andoni Iturbe, también animó a los bilbainos a acercarse a formar parte de un evento que ayuda a “ver el territorio con otros ojos”.

El representante de la organización, Jokin Santiago, destacó en su intervención que “la colaboración de voluntarios es la que nos van a permitir abrir los 81 edificios, por lo que seguimos animando a que la gente se apunte, ya que las inscripciones siguen abiertas hasta el fin de semana”, comentó Santiago.

El viceconsejero de Vivienda del Gobierno vasco, Pedro Javier Jáuregui, por su parte, comentó que estos eventos cada vez atraen a “más gente” y que, por tanto, esperan que en los próximos años se puedan “sumar” diferentes municipios de Bizkaia.

Entre las propuestas planteadas por el viceconsejero está hacer un recorrido por los edificios de viviendas sociales, muchos de ellos emblemáticos, como la Torre Bolueta, “lo que permitirá además ver la transición de los últimos años”.

Las visitas consisten en recorridos guiados de unos 20-30 minutos por edificio en grupos de unas 25 personas. Los horarios de apertura de cada uno de los edificios variarán en función de sus posibilidades, y se podrán consultar en los planos del festival y la web. En la mayoría de los edificios no se necesitará inscripción previa, únicamente acercarse a los mismos y esperar el turno.

Otras actividades complementarias descubrirán otra parte de la Bizkaia desconocida.