BILBAO. Baskegur agrupa a propietarios, empresas de transformación de la madera, de servicios forestales y de bioenergía. Celebra este viernes en Bilbao su día anual, y con ese motivo su director, Oskar Azkarate, ha explicado la coyuntura en la que se encuentra el sector.

Un momento "complicado", ha admitido, ante la expansión por las masas forestales de la enfermedad de la "banda marrón", que afecta al 36 por ciento de las plantaciones vascas de pino radiata.

Se trata de la especie más común y aprovechada: el 81 por ciento de la madera usada por la industria forestal vasca procede de pino radiata.

De ahí la importancia de la enfermedad, que este año se ha mostrado "menos agresiva y con un desarrollo más lento que el pasado, porque las condiciones climáticas han ayudado".

Para combatir este hongo, el ministerio de Medio Ambiente autorizó el uso de óxido cuproso en una superficie limitada, para comprobar su efecto antes de dar una autorización general.

Azkarate ha explicado que se están haciendo pocos tratamientos con óxidos cuproso, por las limitaciones en las hectáreas autorizadas, por las condiciones de aplicación -por tierra y con una distancia de seguridad de 100 metros a núcleos urbanos o cursos de agua- y porque hay que tener en cuenta el clima, "necesario sin lluvia y con poco viento, para que el óxido no sea 'lavado'".

Donde se ha aplicado, la impresión es que va a ser eficaz, aunque los técnicos "son precavidos. Los expertos de Nueva Zelanda y Chile -donde sufren esta enfermedad desde hace décadas- ya nos avisaron de hay que valorarlo al menos un año después de su aplicación".

Además del cuproso, los forestalistas están ensayando con otros productos para parar el hongo, como aceites esenciales, extractos de plantas y abonos para fortalecer los árboles.

La enfermedad tiene consecuencias directas a corto plazo en el sector forestal: "se está cortando más que en el pasado, por lo que va a haber más movilización de madera".

El otro reto es qué plantar: los técnicos desaconsejan el pino radiata allí donde ha llegado la enfermedad, de manera que se está optando por otras especies. Azkarate ha negado que se planten solo eucaliptos, una especie de aprovechamiento rápido. "Se está plantando eucalipto, pero también pino marítimo y mucha cryptomeria", que es otra conífera.

Pese a esta situación, Baskegur es optimista a largo plazo, ya que prevé un incremento del uso de la madera: "consumimos diez veces menos que países europeos con similares superficies arboladas", ha comentado Azkarate.

La clave es, como en esos países centroeuropeos y nórdicos, aumentar el uso de la madera en la construcción, así como apostar por el uso del papel para sustituir al plástico en los embalajes.

"La madera es el gran recurso natural renovable que tenemos en Euskadi. La industria utiliza materia prima de producto local y hace un aprovechamiento sostenible de nuestros bosques, ya que se planta más de lo que se tala", ha recalcado.

Una industria que emplea a 18.000 personas en Euskadi, con un predominio de la pequeña empresa: Casi el 94 % tiene menos de 20 empleados, y el 6 % restante corresponde a las medianas y grandes empresas.