Bilbao - Es su primera entrevista desde las elecciones de hace un mes. No han pasado ni 24 horas desde que fue investido diputado general. Sobre la mesa se agolpan no solo los proyectos clave de su segunda legislatura al frente de la institución foral vizcaina, sino también la conformación de su nuevo equipo de gobierno y los resultados que arrojaron las urnas aquel ya lejano 26 de mayo. Apura un primer día como diputado general con varias citas en la agenda, antes de celebrar, el próximo martes, el primer consejo de gobierno de este mandato 2019-2023.

¿Qué ha hecho en su primer día como diputado general?

-Algo que hago en varias ocasiones. He tenido un encuentro con Izar, en Amorebieta; la empresa tiene 109 años y celebraban su 50º aniversario exportando. Van como un tiro y quería estar con ellos. Ha sido realmente bonito.

¿Cuál ha sido, o va a ser, su primera decisión en el cargo?

-La próxima semana tomarán posesión de sus cargos los diputados y diputadas forales. Y el martes, primer consejo de gobierno.

¿Por dónde va a empezar a trabajar?

-Los diez puntos del acuerdo entre PNV y PSE son importantes y a ellos se sumarán muchos más proyectos.

¿Cuándo se empezarán a implementar las primeras medidas?

-Ya se están adoptando: la transformación energética la vamos a hacer de la mano del centro EIC, que ya están licitándose; la torre Bizkaia será una realidad este mismo año; estamos redactando ya el proyecto de rehabilitación del edificio Tarabusi para el Nagusi Intelligence Center en Zorrotzaurre... Esto es una solución de continuidad, no un parón. Seguimos con todo lo que ya hemos iniciado y vamos a introducir más ingredientes.

¿Hay alguna fecha concreta de inicio de algunos de esos proyectos?

-El año que viene empezaremos, por ejemplo, con los proyectos piloto de movilidad y de colaboración entre ayuntamientos para compartir servicios. Las cuentas públicas que vamos a confeccionar para 2020 va a incluir ya esos proyectos. Los iniciaremos con el nuevo presupuesto.

¿Qué busca en esta nueva legislatura?

-Hacer. Si ahora tengo más recaudación, puedo destinar más recursos a las inversiones, la promoción económica, las infraestructuras... Ya hemos puesto todas las piezas, ahora toca ejecutarlas. Hemos estado los últimos cuatro años ocupándonos de lo urgente, haciendo que esto funcione todos los días sin descuidar la protección a las personas. Ahora, además de eso, de cuidar a las personas, con más ayudas y llegando a más gente, tienes la capacidad de llegar a la inversión. Es el momento de hacer; ha llegado el verano, no solo de forma literal, sino también desde el punto de vista de la Administración. Ahora toca arreglar el tejado y estar preparados para cuando vuelva la tormenta.

¿No se están lanzando demasiado las campanas al vuelo?

-Tenemos que ser cautos porque la realidad cambia muy rápido. Tenemos un horizonte de dos años de crecimiento moderado y eso es bueno, porque crea empleo; luego ya veremos. Pero la tormenta va a venir. Si no lo hace en cuatro años, lo hará en seis o en ocho. Ojo con esas burbujas; nosotros no vamos a gastar más allá de lo que podemos pagar. Y todo lo que prometo se puede cumplir y pagar.

Anunció una nueva fórmula de financiación municipal. ¿Por qué y en qué sentido?

-Hace cuatro años no teníamos ni liquidado el Cupo y no podíamos confeccionar la financiación aguas abajo. Ahora tenemos nuevo Cupo y en la Ley de Aportaciones hemos llegado también a un acuerdo fundamental. Ahora toca llegar al territorio. Pero los que tienen que debatirlo y aprobarlo son las Juntas Generales de mano de los ayuntamientos. La Diputación solo lanzará una propuesta. No va a ser fácil, porque estamos hablando de dinero y habrá disputas, no solo entre partidos políticos.

¿Necesitan más recursos?

-Un informe analizó el nivel de financiación de los municipios y concluyó que es suficiente para las competencias que tienen en estos momentos. Ahora hay que decidir cómo vamos a repartir ese montante de dinero.

¿Lo que se modificará, entiendo, serán los criterios de reparto?

-Si hay un consenso, sí: hoy en día, a qué ámbitos hay que dar más o menos valor.

Pondrá en marcha un plan de empleo con 10 millones de euros. ¿En qué consistirá?

-Tendrá una doble visión: reforzar el apoyo a los colectivos con más dificultades para encontrar empleo: parados de larga duración, jóvenes, mujeres... Y, por otra, tenemos personas en paro, y sectores y empresas que no encuentran perfiles para cubrir determinados puestos de trabajo; hay que amoldar esas dos necesidades. El empleo de calidad, que es un concepto clave, tiene que ser uno de los elementos importantes de esta institución. Y trabajar en colaboración con el Gobierno vasco.

Pero usted mismo ha admitido que desde la Diputación poco se puede hacer.

-Podemos reforzar el empleo industrial y los sectores avanzados vinculados a la industria: consultoras, ingenierías, I+D... Si alimentas la cuarta fase del AIC, los puestos que se crean en automoción son de calidad. Y vamos a seguir haciéndolo. Detrás de todos los proyectos en mente hay puestos de trabajo: detrás del túnel debajo de la ría, en sectores avanzados como ingenierías.

La implantación de empresas como Amazon, ¿no va en contra de esa filosofía de empleo estable y apoyo al comercio local?

-Si hay una superficie de suelo industrial y una empresa quiere implantarse, yo no puedo poner pegas. ¿Que eso va a ir en contra del comercio local? Puede ser, pero si no se implanta en Trapagaran, se puede implantar en Santander o en Burgos, y va a hacer el mismo daño. Nuestro comercio tiene que trabajar en una plataforma digital; no se pueden cerrar los ojos y decir que no vengan. Es una realidad que está aquí. ¿Quién no ha comprado por Internet?

¿Es necesaria una nueva reforma fiscal?

-¿Qué consideramos una reforma fiscal? En 2013 hubo una grande y en 2018 modificamos algunos impuestos. Siempre hay que tocar la fiscalidad y hacer pequeñas adecuaciones a la realidad, pero al mismo tiempo tienes que cuidar la estabilidad.

¿Cómo será esa nueva residencia para jóvenes y mayores?

-Ya la tenemos diseñada y Getxo es una ubicación que encajaría. Una parte será para los jóvenes, porque tienen que emanciparse, y la otra para mayores; es una combinación perfecta.

¿Van a sacar del cajón alguna infraestructura más?

-En estos momentos no tenemos ningún proyecto maduro más. Eso sí, las mejoras de carreteras en todas las comarcas, que ya han invertido 110 millones de euros esta pasada legislatura, van a continuar.

¿Se podrían abordar?

-Sí.

¿Alguna en mente?

-Los túneles de Sollube. Pero están condicionado a una financiación por parte de Europa; si se logra, serán una realidad.

Su sueldo es de 108.804,70 euros, según publica la propia web foral. ¿Le parece justo?

-Más que de justicia, prefiero hablar de responsabilidad. Esta institución recauda todos los años 8.500 millones de euros y yo tengo la responsabilidad política de que esté bien repartidos.

Vuelve a formar gobierno en coalición con el PSE. ¿Rozar la mayoría absoluta no le validaba gobernar en solitario?

-Es necesario y natural formar gobiernos entre diferentes. Debíamos tenerlo sí o sí. Hablar entre diferentes te ayuda a, desde la diversidad, plasmar un proyecto que sea bueno. Y si eso se ha validado en las urnas tenía que continuar con esa realidad.

Se quedó a un solo apoderado. ¿Le dejó un sabor agridulce?

-Ni siquiera me esperaba lograr 25 representantes, así que mucho menos una mayoría absoluta... Estoy muy contento y percibo que la gente también lo está.

Sumar dos nuevos apoderados ha sido todo un espaldarazo a su gestión. ¿Qué lectura hace de los resultados del 26-M?

-La trasladé el día de la investidura: Bizkaia es un proyecto de continuidad, no algo que comienza y se acaba. Somos lo que somos por los que han sido y nosotros tenemos que seguir haciendo para que los que vengan reciban un territorio mejor. Cada equipo pone su impronta para adecuarse a los tiempos y eso es lo que ha ratificado la gente. Que tengamos dos apoderados más, más de 255.000 votos como PNV, es motivo para estar satisfecho. Pero eso es ya pasado. Ahora toca, bajo la responsabilidad que te dan esos votos, seguir haciéndolo bien para dejar una Bizkaia mejor.

El organigrama foral ha sumado un nuevo departamento, desgajando en dos el de Desarrollo Económico y Territorial. ¿No es un gasto superfluo?

-Hace cuatro años no estábamos en una buena situación económica; no era época de grandes infraestructuras porque la caja no daba. Pero eso ha variado: tenemos más presupuesto y más recaudación, el año pasado muy parecida a los años previos a la crisis. Ahora tenemos capacidad de inversión. Y ahí necesito que los dos ámbitos que considero importantes tengan su propia fortaleza: las infraestructuras y la promoción económica. El primero va a estar unido al desarrollo territorial y el urbanismo, que antes estaba en el departamento de Transportes, en manos del PSE. La otra parte básica es la promoción económica: la ayuda a la industria, las pymes, las microempresas... Tiene todo el sentido.

Mantiene prácticamente el mismo equipo, con dos nuevas incorporaciones, la de Ainara Basurko y Sergio Murillo, y una salida, la de Isabel Sánchez Robles.

-Esto es una cadena y tú eres un eslabón más. Cuando lideras la Diputación durante un periodo, tienes que cuidar que esa institución continúe, adaptándola y transformándola a los tiempos que llegan. Yo lo vi así y realicé los cambios que pensaba que debía ejecutar. Ainara Basurko y Sergio Murillo tienen experiencia y un grado de juventud que te posibilita ese trasvase en esas áreas que son importantes.

¿Qué les ha trasladado?

-Tienen ya un conocimiento de la institución pero también les he explicado cómo veo estos cuatro años y cómo me gustaría trabajar. Saben lo que tienen que hacer, conocen sus respectivas funciones y continuarán con la labor.

¿Qué les pide?

-Honradez, trabajo y lealtad hacia Bizkaia; esas tres máximas lo engloban todo.

Aquella mano tendida de la pasada legislatura no estuvo tan presente en sus intervenciones el día de la investidura. ¿Ve difícil llegar a acuerdos con el resto de los grupos?

-Yo tendí la mano en función de las cosas que escuché. Hay una amplia coincidencia en los compromisos y los retos que tenemos en el territorio; las diferencias surgen en las formas de afrontarlos. Pero la ciudadanía también ha hablado sobre ello. Estoy dispuesto a hablar para ver si podemos consensuar esas formas de afrontar los retos; así se lo dije a Bea Ilardia y a Eneritz de Madariaga. Lo que percibí por parte del PP fue una mano tendida pero un discurso totalmente contrario a ello. Sin embargo, estoy convencido de que en cuatro años hablaremos y podremos llegar a acuerdos.

¿Va a ser su última legislatura?

-Mantengo lo que dije, pero mi mente está en estos cuatro años.

¿Cuándo se va de vacaciones?

-Necesito coger unos días en julio, sí o sí; por mí y por mi familia. ¿Planes? Lo que no he hecho en estos últimos seis meses: leer, estar con mi gente...