Bilbao - Gloria Múgica dirige la agencia de empleo y emprendimiento de la Diputación, Dema, que acaba de cumplir treinta años de historia. A lo largo de estas tres décadas, la entidad ha apoyado la creación de más de 3.100 empresas y ha atendido a 13.000 personas con una idea de negocio. Afirma que los programas con los que ayudan a los ciudadanos a buscar un puesto de trabajo no han cambiado, aunque sí las metodologías. “Siempre hay oportunidades pero hay que saber detectarlas; hoy en día, se necesita muchísima agilidad para ello”, asegura.

Para quien no lo conozca, ¿qué es Dema?

-Fundamentalmente, de lo que nos ocupamos es de dar un servicio público a la ciudadanía de Bizkaia en temas de empleo y emprendimiento. Nació hace 30 años porque veíamos la posibilidad de que gente que había estudiado FP podía tener iniciativas e ideas, y era posible formarlos en cultura emprendedora. Después surgió el acompañarlos en planes de negocio, ayudas en la puesta en marcha, en la consolidación... Sin olvidar el apoyo al desempleado en la búsqueda de empleo por cuenta ajena.

Y eso, ¿cómo se hace?

-Con consultores, ferias de empleo, un observatorio de empleo... Las lanzaderas de empleo han sido una de las iniciativas más innovadoras, con índices de inserción superiores al 60% y una filosofía diferente, más participativa: las personas trabajan juntas para buscar empleo.

Esos programas habrá cambiado muchísimo en estos 30 años.

-Programas de emprendimiento u orientación laboral siempre son necesarios; más que los programas, lo que cambia es cómo hacerlos. Las lanzaderas tienen orientación laboral pero la metodología es diferente. Vamos hacia una sociedad más colaborativa y participativa, con una gran presencia del mundo digital.

¿Y el mercado laboral?

-Todo evoluciona tan rápido que los ajustes y el modo en que las personas se adaptan a los nuevos requerimientos es más difícil, y el riesgo de que haya personas que se queden atrás es mayor. Y es una sociedad del conocimiento, con perfiles de mayor valor añadido; la gente con menor cualificación, con cualificación desfasada, tiene más problemas.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

-No; son momentos diferentes que hay que tratar de manera diferente. En la crisis de los 90, aquí en Barakaldo o en Sestao el desempleo era altísimo; quizá estuvo más centrada en determinados sectores pero fue una crisis muy fuerte. Y hubo que abordarla con herramientas parecidas: formación, orientación... Siempre hay oportunidades pero hay que estar abierto a ellas, saber lo que viene para prepararte; hoy se necesita más agilidad que nunca.

La juventud mejor preparada es la que más problemas tiene para encontrar un empleo.

-Los jóvenes que salen de la universidad y de la FP, con formación, irán encontrando su hueco. Pero sí que hay jóvenes con poca cualificación que necesitan programas específicos porque su acceso al mercado laboral es muy difícil.

La pregunta del millón. ¿Cómo lograr un empleo?

-La capacitación se te supone; a partir de ahí, compites en otras competencias: trabajo en equipo, comunicación, actitud positiva, creatividad... En un mundo cambiante, la adaptación se valora enormemente pero a partir de ahí, cada puesto requerirá una u otra.

Esta parte del CV en la que todos nos lucimos...

-Cuidado con las mentiras; tienen poco recorrido.

¿Cuál es el perfil de las personas que llegan a Dema?

-Un emprendedor que quiere montar su propio negocio: una panadería, una asesoría... El perfil pero mayoritariamente son hombres, con titulación universitaria y de entre 41 y 60 años.

¿A cuántas personas han atendido en estos treinta años?

-A alrededor de 13.000 con una idea de negocio. Hemos apoyado la creación de más de 3.100 empresas y 25.000 jóvenes han participado en talleres de cultura emprendedora en FP. Con motivo del aniversario hemos homenajeado a una de aquellas primeras, un taller de forja que creó un grupo de jóvenes salidos de la FP y que ahora tiene 16 empleados.

¿Ha dejado ya de ser el patito feo de la formación?

-Absolutamente. Hoy en día tenemos un modelo ejemplar, porque se hace muy bien y porque las empresas quieren profesionales de esas ramas. Otra cosa es que desde las familias haya quien siga empeñándose en que su hijo vaya a la universidad... Pero es más en ese ámbito que en el empresarial; les hacen falta más perfiles de FP.

¿Por qué es necesario su trabajo? ¿La gente no sabe buscar por sí misma un empleo?

-No todo el mundo tiene las mismas herramientas ni oportunidades; una entidad como Dema apoya a muchos colectivos que tienen dificultades, sin ni siquiera formación, por ejemplo, o que se han quedado sin trabajo con más de 45 años y no saben cómo reciclarse. Pero incluso algunos universitarios no saben muy bien cómo entrar en el mercado laboral.

Al decir búsqueda de empleo, a muchas personas lo primero que se le viene a la cabeza es Lanbide. ¿No se ocupan de lo mismo?

-No; de hecho, no solo nos complementamos sino que nos coordinamos para trabajar conjuntamente algunos programas.