Galdakao - Hace casi ya un año que se jubiló, pero su unión y sus sentimientos hacia el C.P. Aperribai siguen intactos, como si no hubiera pasado un solo día desde que dejara de ser la directora de este centro educativo en Galdakao. Manoli García ha marcado una época muy importante en este colegio, y su relación tanto con el centro docente como con el barrio, así como con las vecinas y vecinos de este núcleo urbano siempre han ido más allá de su mera labor como profesora y directora, que ha dado para mucho.

Y es que como explica García, “es un colegio especial con una unión especial con su entorno, es como una pequeña familia, y trabajar allí ha sido todo un placer”. En Aperribai, asegura, “me he sentido como en casa y nunca podré olvidar todo lo vivido en el colegio y todo lo que me ha aportado personal y cómo no, profesionalmente”. Y no es para menos, ya que ha pasado 36 años en este colegio. Tal y como recuerda, su andadura profesional comenzó hace 40 años, en Asturias, pero pronto se trasladó hasta Galdakao.

“Llegué a Galdakao en el curso 82/83 porque mi marido, que también se dedica a la enseñanza, tenía plaza en Bermeo y entonces decidí pedir el traslado”. De este modo fue “como llegué al barrio y casi desde el principio pude comprobar que era el sitio donde quería estar”. Según relata la exdirectora del centro, “durante todos estos años he tenido posibilidades de trasladarme a otros centros, incluso dentro del mismo pueblo, pero nunca he querido dejar al que considero mi barrio”.

Tal es así, que “por lo menos una vez a la semana vuelvo por Aperribai para estar con la gente”. Allí se pasa a tomar un café y charlar con las tantas y tantas amistades “para siempre” que ha hecho en el barrio durante su andadura profesional “y personal en el colegio y en la vida social del barrio”, donde ha estado muy involucrada. En este barrio hay cientos y cientos de personas que recuerdan a Manoli con mucho cariño. Como ella cuenta, “hay padres y madres a los que he dado clases y que más tarde he sido profesora o directora de sus hijas e hijos”.

Eso ha hecho que “tenga una relación muy estrecha con mucha gente, no solo del colegio, sino del barrio en general”, explica. Después de un año, todavía admite que “echo mucho de menos mi profesión y hubiera estado hasta que pudiera pero ya me tocaba”. Ha pasado más de 20 años en el equipo directivo del C.P. Aperribai y los últimos siete como directora, pero “a pesar de tener ese cargo, siempre he mantenido mis horas lectivas, siempre he querido dar clase porque esa es mi tarea, la que me define y la que me mantenía en contacto directo con los alumnos”.

Su etapa en allí la recuerda con mucho orgullo, porque “para mí ha sido todo un honor y un orgullo estar todos estos años en este barrio y con esta gente que me ha dado tantas cosas”. García asegura que el C. P. Aperribai es “una escuela con barrio, porque hemos intentado que muchas actividades del centro se integraran de forma natural en la vida de las vecinas y vecinos”, como por ejemplo el mercado de las flores que se realiza anualmente, en la que participan todos.

Como docente ha defendido, “junto con compañeras y compañeros los mismos ideales y el mismo proyecto Maite dugun eskola, ya que sentimos que la enseñanza, la educación, es mucho más fácil y más efectiva cuando se realiza de corazón a corazón”. También recuerda y agradece “el trabajo fundamental de la asociación de madres y padres Ikasbai, que trabajan con una ilusión enorme y son un pilar muy importante del centro o el del Consejo Escolar”. García lo tiene muy claro; “seré de Aperribai para siempre”.