EL entorno de Paule San Salvador del Valle Arana, durangarra fallecida por un cáncer, publicó hace un año y medio el diario que la joven escribió durante la enfermedad que se la llevó. Bajo el título 22, fue el libro más vendido en la villa el año pasado. Ahora su padre Javier acaba de publicar El tiempo, la ausencia (a propósito de 22) en el que narra sus vivencias desde el momento en el que con escasos 22 años a su hija le diagnostican cáncer de colon con metástasis en el hígado. “Pienso que esto ha sido terapia para mí y una forma de seguir estando con Paule”, asegura un emocionado padre.
El libro contiene un total de 266 páginas en las que Javier, aficionado a la escritura, recoge la enfermedad de Paule y cómo vivió el proceso, recuerda la edición del libro de su hija y la promoción realizada para añadir también reflexiones propias. “Empecé a escribirlo cuando estábamos promocionando el libro 22. La primera intención al ponerme a redactar era no olvidarme de todo lo ocurrido y guardar el recuerdo. A medida que iba cerrando páginas me di cuenta de que podía sacar un libro”, explica Javier añadiendo que “se lo he dedicado a los amigos de Paule”.
Dividido en capítulos, al comienzo de cada uno de ellos el libro del progenitor recoge diferentes citas de Paule publicadas en 22. En este sentido, como guiño a la publicación que la joven guerrera dejó como legado al mundo, Javier decidió que su libro tuviera un total de 22 capítulos, ni uno más ni uno menos.
Una vez terminado, Javier quiso enseñarlo a su familia y allegados que dieron el visto bueno a la emotiva publicación. Entre aquellos que pudieron leer las páginas se encontraban Eva Rodríguez, directora de Jesuitak de Durango, centro donde estudió la joven; Iñigo Larroque, profesor del taller de escritura al que iba Paule y Jon, uno de sus amigos más íntimos, entre otras personas. En este apartado, mención especial también para Basile. El 24 de julio de 2016 en un mercadillo de Bruselas, Paule conoció a este chico francés. Dos días después se dan el primer beso, ese día la joven cumplía 25 años. Se enamoraron y vivieron una historia de amor con fecha de caducidad. La joven murió el 30 de enero de ese año. “Faltándole seis meses de vida el que encontrase a Basile fue un milagro para mí. Lo más bonito fue que en el peor momento de la enfermedad pudo vivir una historia de amor que fue decisiva para que se mantuviera feliz hasta el final”, recuerda con cariño un agradecido Javier.
En lo que a la portada del libro se refiere, Valérie, madre de Basile, fue la encargada de ilustrarla. “Vino con su marido Yuri a visitarnos. Recuerdo que ese mismo día saqué una fotografía en Laga a partir de la cual pintó la portada donde se puede ver Ogoño; en ese lugar fue donde depositamos parte de las cenizas de Paule y el resto en el mar”, comenta Javier incidiendo que “para la familia ver la portada es muy evocador”.
Reconociendo que el libro “puede servir de terapia para gente que ha pasado por este proceso de perder a seres queridos”, hace unos días salían los primeros 200 ejemplares del libro El tiempo, la ausencia (a propósito de 22). Disponibles a un precio de quince euros en Hitz Urrike y Etxebarria, al igual que con 22, los fondos que se recauden se destinarán a la ONG Alboan.
Satisfacción A sus 63 años, Javier San Salvador reconoce que “siempre he sido una persona introvertida y todo esto me ha servido para apartar un poco mi timidez”. En este proceso de escritura del libro, Javier ha tenido que volver a recordar momentos muy dolorosos y defiende que “el revivir ayuda pero también duele; sino escribo y no se lo cuento a nadie, me lo quedo dentro y eso para todos es malo”.
Satisfecho con la publicación, el autor subraya que “el primer destinatario del libro soy yo porque dentro de unos años lo podré volver a leer para tener presente cosas que se me puedan ir olvidando”.