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El Museo Marítimo cumple 15 años con una actualización de todas sus instalaciones

Una reorganización de espacios, más servicios y nuevos elementos expositivos lo preparan para el futuro

El Museo Marítimo cumple 15 años con una actualización de todas sus instalacionesOskar M. Bernal

Bilbao - El Museo Marítimo de Bilbao está llevando a cabo una actualización casi integral de sus instalaciones interiores coincidiendo con el quince aniversario de su apertura que celebra este año. Desde la instalación de una gran vidriera que recoge con mucha más luz un cuadro marinero de Lucio Ortiz de Urbina, pasando por la reorganización de espacios que ganen metros para nuevas piezas hasta la actualización del aula didáctica para los más pequeños, los cambios van a permitir afrontar el futuro con mayor ambición. Incluso la Dirección está valorando la opción de cambiar el nombre de la entidad y dejarlo exclusivamente en Museo Marítimo de Bilbao, restándole su actual apellido Ría de Bilbao. “Vamos a volcarnos en los cambios en la exposición permanente porque es lo que nos define como museo”, explica Jon Ruigómez, director de la entidad. Asegura que “las muestras temporales te permiten atraer nuevamente a un visitante, pero la permanente es la que te da identidad”.

Algunas de las iniciativas ya están culminadas como, por ejemplo, la generación de un nuevo espacio con el traslado de las canceladoras que permite dar más empaque a la obra invitada del Bellas Artes y generar un nuevo hall más amplio para los visitantes. También se ha vaciado el hueco que antes ocupaba la tienda del museo y que, en breve, se usará como un espacio polivalente para exposiciones, talleres, conferencias o sala de lectura.

Crear cantera es importante por la entidad. Por ello se procederá este año a dotar de nuevas funciones al aula didáctica que a lo largo del año es usada por más de 10.000 escolares que visitan la exposición.

Así, se le va a sumar un espacio lúdico que podrá ser utilizado los fines de semana por las familias con sus chavales, los cuales se entretendrán también con diversas manualidades y más actividades. Este aula va a ser potenciada también físicamente ya que se va a tirar uno de los tabiques existentes y se sustituirá por una pared transparente aprovechando los vidrios que se han retirado en la mudanza de las canceladoras. También se han unificado ya en este aula todos los dioramas compuestos por clicks de Famobil que antes estaban desperdigados por el museo. “Es una forma de explicar lo que aquí tenemos con otro lenguaje, acompañados también de una serie de juegos que sirvan para educar de una forma divertida”, relata Ruigómez.

Y todo estos cambios estarán envueltos por una nueva iluminación que se va a generar por el cambio a leds de todos los focos que hasta ahora aportaban escasa luz a las estancias. Una sustitución que producirá un ahorro en el consumo que se va a reinvertir en mejorar la climatización del recinto donde se exponen multitud de elementos marineros. El objetivo final es “ganar espacios para mejorar la experiencia de la visita y tener nuevos recursos museísticos”, resumía el responsable.

Toda una serie de iniciativas que buscan aumentar los alrededor de 55.000 visitantes que cada año como media visitan tantos las muestras a cubierto como las atracciones en el exterior, teniendo los veleros que atracan en sus muelles como un elemento tractor. “La asistencia que tenemos actualmente es razonable para un museo marítimo que explica la cultura, la historia, el origen y la identidad de tan solo un territorio, pero queremos alcanzar los 70.000 u 80.000 visitantes próximamente”, explica Ruigómez.

En cuanto a la procedencia de las visitas se dividen a cuartos entre las de Bilbao y Bizkaia, las que proceden del resto de Euskadi, de otras comunidades autónomas y los extranjeros, principalmente franceses y británicos. También buscan atraer nuevos visitantes y se han fijado en el sector de la población más difícil, los jóvenes. Es cierto que la franja de entre 18 y 28 años es muy difícil de captar para cualquier museo en el mundo, pero lo curioso es que como indica el director “cuando eres joven y viajas fuera de tu ciudad sí ves museos, pero los que tienes aquí, ni se te ocurre. Eso hay que invertirlo”.