UN halo de maravillosos prodigios se cierne sobre estas fechas navideñas, encadenadas al fin de año, cuando todo parece posible. ¿Piensan que es pura fantasía lo que les digo...? Incluso los más incrédulos hubiesen mirado con asombro lo ocurrido ayer en la sala BBK de la Gran Vía, donde se celebró la conmemoración del 55º aniversario de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao brindando con buen vino al compás que marcan los catedráticos fuelles de Bilbao, acompañados por personajes ilustres. Así, Sabino Arana apareció en escena en el cuerpo y alma de Gotzon Lobera y una estudiante de la Universidad de Deusto se encarnó en la persona de Inmaculada Boneta. José Antonio Nielfa se ahorró tiempo y dinero al presentarse como ‘La Otxoa’, mientras Joseba Solozabal ejercía de maestro de ceremonias y el viento de los acordeones que vienen y van a las órdenes de Amagoia y Asier Loroño trajo hasta la escena algo insólito: la memoria del gran maestro Josu Loroño, se apareció entre los asistentes al escucharse su voz en off diez años después de su muerte. Fue estremecedor y emotivo, habida cuenta que los melómanos y amigos del acordeón no le habían olvidado.
Todo sucedió en un concierto de Navidad en el que se recreó el sonido del viento, como si silbase en un bosque sembrado con los árboles de la concordia. La Sala BBK de Bilbao acogió una selección de las mejores obras de autores universales, como si se hubiese servido un surtido de selectos turrones en bandejas de plata. ¿Concordia, decía? No por nada se hizo posible la fotografía que agrupaba a Nekane Alonso, Alfonso Gil, Itziar Urtasun y Beatriz Marcos en la misma instantánea, un ejemplo de que todo es posible, como les decía.
el aire de un viejo club Yendo el asunto como fue, de vientos con armonía, no resulta descabellado decir que el patio de butacas se recreó con el aire de un viejo club de jazz o de un salón de baile, con mesas redondas de a cuatro y el personal recreándose con una copa de vino. De todo ello disfrutaron el presidente de la Sociedad Bilbaina, Antón Pérez Iriondo; la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, quien pasó como el rayo al reclamo de asuntos personales; su madre, Lourdes Atutxa; Obdulia Bravo, Alfonso Carlos Sainz de Valdivielso, María Luisa Bernuy, Lourdes Eguren, Arrate Zarate, Dani Etxebarria, Jon Guarrotxena, Enrique González, Begoña Gondra, Jose Gondra, Josune Ariztondo, el pintor Roberto Zalbidea, el poeta Misere Josephe, Lidya Martínez, Gonzalo Olabarria, gestor muy vinculado con la cultura; Txema Muguruza, José Ramón Urizar, el muy joven Inazio Martínez, con la boca abierta por lo visto; Isabel Etxebarria, Ander Izquierdo, José Luis Martínez, María Jesús Elorriaga, Olga Marañón, Izaskun Bengoetxea y un sinfín de gente más entregada y dispuesta a dejarse mecer por el melódico vaivén.