“Tengo el corazón en un puño, gracias por el cariño hacia Afrika”
Abanto-Zierbena recauda fondos en un rastrillo para una vecina con una enfermedad rara
Abanto-Zierbena - “Conozco a mucha gente de Las Carreras porque yo he vivido aquí toda mi vida y sabía que podía contar con ellos, pero tengo el corazón en un puño al ver el cariño hacia ella, la respuesta a esta campaña a nivel de todo el barrio, el municipio e incluso de personas de otros lugares. Gracias”, acertaba a describir Alicia Irastorza, la madre de la pequeña Afrika Jobajuria quien, ajena a la algarabía que estos días se ha montado en solidaridad con la atención y la investigación de su rara enfermedad intestinal, presumía de haber puesto una enorme bola azul en el árbol de Navidad de la plaza Haritzalde del barrio de Las Carreras, donde reside.
Una aparente despreocupación que esconde el fuerte carácter de esta pequeña de apenas 5 años -los cumplió el pasado 17 de septiembre- de casi tres de los cuales ha permanecido hospitalizada por culpa de la afección que la ha llevado a someterse a 14 intervenciones quirúrgicas. “La ves correr y jugar con sus amigos y compañeros del colegio Askartza Isusi y nadie pensaría que no puede por vía digestiva -aunque ya empieza a comer sólidos- o que porta una bolsa para las deposiciones”, señalan al alimón Alicia y Aimar, sus progenitores que ya se han quedado sin calificativos para agradecer la solidaridad para con su problemática asistencial.
“La cuestión medicamentosa y los apósitos están cubierto por la sanidad pública, pero cuestiones como los pañales o las cremas para la higiene y el cuidado dermatológico de las zonas intervenidas suponen un coste importante”, reseña Alicia. Apenas hace unos meses que se reincorporó al trabajo que dejó durante cuatro años para atender a su hija. “Recuerdo que cuando iba a la unidad de neonatos del hospital yo siempre le hablaba y le cantaba. Había una enfermera que me decía que la tenía harta tanto oírme cantar La vaca Loca. Pero es que yo la veía quieta con los ojos abiertos mirando al techo blanco y no podía hacer otra cosa que intentar animarla”, rememora esta joven abantoarra que pide perdón “por no acordarme de agradecer por su nombre a todas las personas que nos están ayudando tanto y nos transiten su apoyo, ya que no quiero olvidarme de nadie”.
Y es que han sido muchos los gestos de solidaridad los que han surgido en torno a esta familia y su situación. Sin duda y sin poner nombres concretos, Alicia y Aimar sí mencionan de manera muy especial a los monitores y a los jóvenes usuarios de los gaztelekus de Abanto-Zierbena que decidieron dedicar a Afrika sus esfuerzos en la campaña del rastrillo solidario que montan en la antesala de las fiestas navideñas.
Llaveros agotados Una iniciativa que, además de productos recolectados, ha vendido 800 llaveros y varios cientos de botellas con chucherías. “Se han agotado en pocos días”, resaltaba Aimar Jobajuria, el aite de Afrika, que aún no se hace idea del resultado final del proyecto. “En Muskiz este domingo iban a destinar la colecta de la misa para Afrika y el día 21 el club de pelota organiza un festival en favor de la niña. Estamos abrumados”, señalaba.