EN el mundillo del senderismo se les conoce como los Bizibiltaris. Desde hace dos años recorren diferentes tierras. Sin duda, haber culminado el Camino de Santiago es uno de los retos que más satisfacción les ha reportado en recompensa a su esfuerzo. Tanta que ya piensan en emprender nuevas rutas de cara al próximo año.
Nacieron en 2016, surgidos del movimiento de personas mayores de Durangaldea, Bizidun. Un grupo que organiza los viernes cortas excursiones por la comarca. Sin embargo, la inquietud de tres personas les llevó a planificar recorridos más extensos. “Primero nos movíamos por los alrededores y empezamos a sumar gente hasta que pensamos en crear un grupo de WhatsApp para comunicarnos”, explican. Así, la primera salida se llevó a cabo el 7 de julio de 2016. Se desplazaron hasta Deba en autobús y desde allí andando acabaron en Lekeitio, donde aprovecharon para comer en un restaurante y regresar a Durango. Y ese mismo año cubrieron ocho etapas de la ruta del vino y del pescado. Estos fueron los primeros pasos de los Bizibiltaris, que ese mismo año se embarcaron en un trayecto de nueve etapas hasta Santiago de Compostela. Un total de 288 kilómetros, 72 horas, con decenas de personas participantes.
Llanes, Ribadesella, Cudillero, Monte do Gozo o Cartavio son algunas de las paradas que han inmortalizado con fotografías. Todas, rodeadas de innumerables anécdotas y recuerdos. “¡Nos ha servido para conocernos aún mas y pasar unos ratos inolvidables!”, exclama Bego Lersundi, una de las participantes. “Ha sido indispensable la guitarra de Mikel”, comenta entre risas José Ángel. Y es que Mikel Santana se ha ganado el apodo de “guitarrista”, ya que las voces de los componentes de la expedición y el toque maestro de este instrumento amenizaban las caminatas. “Preparamos un cancionero popular para entonar mientras andábamos”, explica Juanjo. “Incluso tenemos una canción propia compuesta por un bertsolari nuestro, Murua, al ritmo a la música de Xabier Lete”, rememoran entre risas.
Los recuerdos de los momentos vividos son infinitos. “Una vez agotamos todo el vino blanco de una restaurante, entre cantar y comer se nos pasaba el tiempo. Incluso en una ocasión le ayudamos a servir porque se quedaron sin camareros”, evocan. “Días después nos llamaron para preguntarnos si nos lo habíamos pasado bien y para recordamos que habíamos bebido bien”, señalaban entre risas.
En 2019 Ahora, con las anécdotas frescas de la vuelta desde Santiago, ya piensan en más caminos que abrir: la Ruta Natural del Ebro o la Vuelta a Bizkaia, entre otras opciones. Para ello, están llevando a cabo reuniones en las que detallar la programación de las 22 salidas previstas para 2019.
Los integrantes de este grupo de personas mayores se muestran felices con la experiencia que han disfrutado y, tal como señala Bego, “encantados de que diseñen rutas y podamos salir fuera”. Ademas, resulta muy barato y vivimos momentos inolvidables”.