GATIKA - Dicen que “cuatro ruedas mueven el cuerpo y dos ruedas mueven el alma” y no es de extrañar porque también hay quien afirma transportar gasolina en vez de sangre por las venas. La pasión por el motociclismo es un sentimiento muy profundo que dura toda la vida. Algo así le sucedió a Kepa Arrizabalaga, propietario del bar Alboka de Gatika. Su local se caracteriza por brindar siempre una calurosa bienvenida a los moteros, que encuentran allí un refugio donde descansar entre ruta y ruta. En este sentido, tal es su pasión por las dos ruedas que ha impulsado junto a su amigo Mario Mitxelena -profesional con una amplia experiencia en este sector y que regenta una tienda y taller de motociclestas en Mungia-, un equipo de motociclismo para las jóvenes promesas vascas de las dos ruedas.
Un proyecto de futuro a nivel de Euskadi que busca impulsar este deporte y apoyar a los jóvenes pilotos. “Aquí hay mucha afición por las motos, pero es verdad que faltan infraestructuras y circuitos. Con este club lo que pretendemos es apoyar a los jóvenes para que, poco a poco, vayan creciendo”, apunta Arrizabalaga. En este sentido, la puesta de largo del equipo tuvo lugar el pasado 25 de octubre en Gatika. Denominado Taldea Mario Mitxelena Motorrak, está formado por dos niños que esperan dar que hablar en un futuro próximo. Beñat Fernández Pelontxu, natural de Andoain y de 10 años se ha convertido en toda una promesa del motociclismo. Con el número 34 como seña de identidad luciendo en el casco y carenado de su moto, sueña con batirse el cobre algún día con los Marc Márquez y compañía. “Es muy bueno y apunta maneras. Su sueño es llegar a Moto GP. “Es muy valiente y decidido, se cae y se levanta, nada le frena”, agrega. “De momento, participará en el Nacional de la Hawkers Cup”, expone orgulloso Arrizabalaga. Por su parte, el otro integrante del equipo es Nikola Rotaetxe, gatikarra de 5 años que el próximo año tomará parte en el campeonato de Euskadi. “Todavía es muy txikitin pero le veía con 4 años derrapando con la bicicleta y ya sabía que tenía aptitudes. Solemos ir a entrenar a Castejón, en Nafarroa, para que practique. Su familia le apoya muchísimo y su aita comparte también su pasión por las motos”, expone Arrizabalaga.
PRESENTACIÓN Las experimentadas manos de Mario Mitxelena tratan con mimo y precisión sus motocicletas y les ofrece soporte técnico. Por su parte, Kepa Arrizabalaga está centrado también en la búsqueda de patrocinadores para que los dos jóvenes pilotos puedan seguir dando pasos hacia adelante y quemando etapas en su formación. “El motociclismo es un deporte que necesita de una cierta inversión para cubrir gastos de material viajes, etc. Por ejemplo, Pelontxu tiene que viajar a Jerez, Madrid... para competir”, apunta Arrizabalaga. Por eso durante su presentación quisieron agradecer a todos los patrocinadores y colaboradores su aportación e incluso ofrecieron a los asistentes “pintxos de alta cocina” y hamburguesas gourmet. “Vinieron cerca de 200 personas y hubo un gran ambiente. Además, sorteamos una minimoto Polini 910 RS con la que conseguimos vender 3.000 papeletas y cuya recaudación servirá para costear los gastos del equipo”, indica.
Una presentación donde se respiró 100% ambiente motero y en la que no faltaron las peripecias de los protagonistas, los pilotos del equipo. Ambos realizaron una exhibición bajo la atenta mirada de sus fieles seguidores, que ya empiezan idolatrar sus dorsales: el 34 de Pelontxu, con su motocicleta azul turquesa, y el 26 Nikola con su minimoto con la que empieza a abrir gas como los mayores. Sin duda, el futuro del motociclismo vasco se vislumbra esperanzador en el horizonte. “Queremos ir paso a paso, sin grandes pretensiones, no sabemos hasta dónde llegaremos pero hemos empezado este proyecto con la máxima ilusión de ayudar a estas jóvenes promesas a disfrutar de este gran deporte que es el motociclismo”, concluye Arrizabalaga.