Verdes valles y montañas. Caseríos salpicados sobre una bella orografía natural y salvaje donde se entremezclan núcleos urbanos. En Mungialdea-Uribe Butroe la vista se pierde entre parajes de ensueño que conservan un espíritu rural como seña de identidad. Precisamente ese espíritu es el punto de partida que marca el futuro de la comarca, decidida a seguir creciendo. Una evolución que no sería posible sin el espíritu emprendedor, trabajador y solidario de sus gentes. Son el verdadero patrimonio cultural de la comarca. Por este motivo, la undécima edición de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak reconoció ayer a una quincena de personas y colectivos en una gala celebrada en el frontón de Fika.

Abrió la velada el anfitrión, el alcalde de Gamiz-Fika, Asier Larrabe. “Había preocupación por parte de algunos por si llenábamos o no el frontón. Mungialdea nunca falla”, expresó el regidor, quien destacó el papel informativo que supone Hemendik para los municipios de la comarca. “A mí me suele venir de perlas. Ves lo que hacen en otros municipios y me da posibles ideas para trasladarlas al mío? y lo más importante, posibles subvenciones”, ironizó.

Además, Larrabe tuvo cariñosas palabras para todos los premiados. “Esta noche tenemos conexión directa con Dios?, gabon Juan Mari, sin prisas, eh, que nos espere mucho tiempo, pero cualquier día necesitamos una ayudita”, bromeó aludiendo a uno de los premiados. Por su parte, el director de DEIA, Juan José Baños, se refirió al “compromiso por lo más cercano” que muestra cada día el periódico en sus páginas. “Mungialdea es un área especialmente querida por nosotros y estamos volcados en recoger vuestros rostros, opiniones, etc. Nuestro Hemendik es vuestro”, subrayó.

Las primeras en subir a recoger su premio fueron las integrantes de la asociación bakiotarra Marta Txori Elkartea. Acaban de celebrar su mayoría de edad. “Ya estamos preparando la semana del 25 de noviembre con una exposición sobre el sufragio feminista”, indicaron. Acto seguido, se reconoció la prometedora trayectoria del ciclista Jon Barrenetxea, que compagina sus estudios universitarios con su carrera ciclista en el equipo Baqué.

La calidad técnica y humana del Palacio Urgoiti también fue reconocida. Traspasar la entrada de sus muros supone retroceder varios siglos en la historia de Bizkaia. En 2004 comenzó a ser usado como hotel y desde entonces se ha posicionado como uno de los espacios de referencia de la comarca. En la misma línea que el Palacio Urgoiti se sitúa Begoña Loizaga, que tras 25 años trabajando en el mundo de la administración comenzó a cultivar germinados. “Ahora estamos centrados en obtener nuevos cultivos”, agregó.

Como motor de la dinamización de las personas mayores en el municipio fueron reconocidos los miembros de la Asociación de Jubilados de Gamiz-Fika. Charlas agradables, salidas culturales, intercambio de experiencias? son algunas de las propuestas de esta entidad. Las idi probak son todo un acontecimiento en esta comarca y si hay una persona que conoce a la perfección su mundillo ese es el gatikarra José Ramón Bilbao, quien lleva más de seis décadas al frente de este tipo de pruebas en su localidad.

La tradición es un vínculo muy ligado a la comarca y uno de sus vecinos, Juanma Oribe, se ha empeñado en los últimos años en poner en valor el trigo tradicional de la zona. Desde su obrador prepara creaciones artesanales únicas y exclusivas en las panaderías Berteiz y Mendiondo. “Las variedades de pan son como los hijos, no podría elegir uno en concreto”, señaló. María Luisa Garai y Mertxe Etxebarria colaboran desde hace más de 25 años en la limpieza de la iglesia y fueron reconocidas junto con los integrantes del coro de Arrieta.

Por formar parte de tres generaciones repartiendo el correo entre los vecinos de Fruiz fueron galardonadas Mertxe Basterretxea y su hija, Igone Bilbao. Mertxe aprendió de su padre cómo era esta labor. “Por entonces había muchos cotilleos en el pueblo, los hombres estaban en América?”, bromeó. La coral José María Arregi Abesbatza, que tiene más de 68 años de cánticos a sus espaldas y es toda una referencia en Mungia, también fue galardonada. “Empezamos de pequeños y ahí seguimos”, relataron. Bajo el mismo hilo conductor fue reconocido Alaiak Mungialdeko Soinulari Elkartea, un grupo intergeneracional donde los haya. No en vano, son uno de los pocos grupos de Bizkaia en los que se juntan a tocar personas de cuatro generaciones diferentes. Como exponente de la cultura vasca también fue reconocido Zapatariñe Dantza Taldea. Comenzó su andadura hace cuatro años y desde entonces han ido sumándose personas para conformar un grupo de más de treinta. “La familia y los amigos nos siguen allá donde vamos”, agradecieron.

Por otro lado, Luis Azillona siempre ha tenido la intención de continuar con un trabajo que requiere de pasión, entrega y muchas horas de sacrificio para moler el maíz autóctono, que recala en las cocinas de restaurantes con estrellas Michelin. “Mungia es la cuna del talo y yo quiero mantener esa historia”, destacó. Este 2018 pasará a la historia como el año en el que ETA anunció su disolución. Han sido décadas de violencia, tiempo en el que Juan María Uriarte tuvo un papel relevante para que la banda dejara las armas. Nacido en Fruiz en 1933, su labor pastoral le llevó a ser obispo auxiliar de Bilbao y obispo de Donostia, entre otras diócesis. “Me tocó ayudar en el establecimiento del diálogo entre ETA y el Gobierno español. Aquello significó una esperanza y una ilusión, pero una de las partes indicó que no quería seguir con el asunto. En ese momento lo pasé muy mal porque pensé que no hice todo lo que pude”, manifestó. Los últimos galardonados de la noche fueron los trabajadores del Ayuntamiento de Gamiz-Fika, un ejemplo de dedicación a la ciudadanía.

Acompañando a los premiados, asistieron Estíbaliz Hernáez, Alaitz Erkoreka y Gorka Elgezabal. De DEIA acudieron Kike Hermosilla, Iñigo Aspiunza, Idoia Gutiérrez, Josu Molinos, Oier Pérez y Joana Pérez.