Aitor Lizarazu y el batallón UGT-8
Aitor Lizarazu reconstruye la vida de las personas de esta resistencia de Bilbao en la Guerra CivilEste barakaldarra ha escrito cinco libros, uno sobre una escultura de Emilio Mola en Bilbao
Barakaldo - Aitor Lizarazu reconstruye vidas. En especial, aquellas que fueron aturdidas, golpeadas y marcadas por la Guerra Civil. En su cabeza hay incontables nombres, apellidos, fechas, lugares... -él los recita con suma facilidad-. Y bueno, en su casa, rebosan entre “10.000 y 12.000 documentos”. Siempre ha buceado en la historia, como afición, y su último regreso al pasado -por el que lleva viajando un par de años- se localiza junto al batallón UGT-8, cuando Bilbao luchó contra las tropas franquistas. A partir de un nombre, el de Natalio Bustamante, Aitor empezó a tirar de la manta -y tirar y tirar y tirar...- para juntar las piezas de su biografía y la de los hombres de ese batallón. Este baracaldarra que trabaja en Leioa ha recorrido distintos archivos, ha localizado y charlado con familiares, se ha topado con datos curiosos, paradojas...
“Hace unos años leí un trabajo del historiador Vargas Alonso que hablaba sobre la batalla de Archanda-Santo Domingo y en él mencionaba a uno de los batallones participantes: el UGT-8, y a su comandante, Natalio Bustamante, en el momento previo a la caída de Bilbao. Dice de él, en palabras de un argentino, que estuvo en la Guerra Civil, que esta persona había sido de las últimas en cruzar los puentes de Bilbao antes de ser volados. Después, en el trabajo pone: Natalio Bustamante desapareció como esas personas que desaparecen y nunca más se supo de ellas”, recuerda Aitor. Sin embargo, él no podía colocar ahí el punto final. “Pensé: No, las personas tenemos un inicio, una vida y luego un fallecimiento. Y dije: Voy a tratar de reconstruir la biografía de esta persona. Descubrí que había nacido en Cantabria, que era un guarda de asalto de la época, que tras la guerra había estado en Barcelona y de allí se exilió a Francia y terminó sus días en México... Pero hay más personas del batallón. Ese afán por ir sabiendo más, se ha ido haciendo más grande y ahora mismo estoy en tratar de reconstruir la vida de casi 900 personas”, comenta. Su “cabezonería”, como él mismo admite, su persistencia, su pasión, su inquietud... le llevan a recorrer kilómetros y kilómetros en busca de información, a encerrarse entre millones de papeles, a tirar de redes sociales para encontrar a familiares... “He conseguido contactar con unos 50 parientes y he ido reconstruyendo sus vidas en base a archivos, documentación facilitada por parientes o ahora acabo de volver del archivo militar de Ferrol, en Galicia, donde me he tirado cuatro días”, desvela. Como él mismo explica, se trata de “ir más allá”: más lejos de un nombre o de una única frase en alusión a una persona. Por eso, con esta investigación va configurando el recorrido humano del UGT-8. Por ejemplo, el de Ángel Legasa Bueno y Ángel Legasa Bataller. “Ángel Legasa Bataller perdió una pierna en un ataque en Eibar y después llegó a ser uno de los secretarios del lehendakari Aguirre del Gobierno vasco en el exilio”, precisa Aitor. El hermano de la abuela de Rafa Alkorta, un futbolista que estuvo en Primera División con el Arenas, otro del Atlético de Madrid y de la selección española... Son otros de los nombres propios e historias completas del batallón de la última resistencia trazadas por Aitor.
“Estoy entretenido”, asegura con gracia este baracaldarra. Pero antes ya se entretuvo más mirando por el retrovisor histórico. De hecho, ha publicado cinco libros. Uno de ellos sobre una escultura del general Mola en Bilbao. “Tenía una foto de ese monumento colocado al día siguiente de la caída de Bilbao en la plaza de El Arenal. Luego, encontré una noticia en prensa sobre la voladura de esta escultura en el 46 y cuando vi la foto no se correspondía con la que yo tenía. Así que vi que había habido más de una. Revisé hemerotecas de más de 17 países en ocho idiomas distintos y en cuatro continentes... ETA también intentó volarla en dos ocasiones... Y al final desaparece en una manifestación en julio del 78”, recupera Aitor. Una publicación sobre la zona norte de Burgos y otro libro-guía sobre las construcciones fortificadas de las Merindades, también de esa zona, son otras de las incursiones en el pretérito de Aitor, el historiador concienzudo.