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Torre BEC Extrem: una gran carrera hacia el cielo

Un centenar de atletas se enfrenta a los 626 escalones del edificio de Ansio en la primera edición del torre bec extreme

Torre BEC Extrem: una gran carrera hacia el cielo

LA vida es un constante reto en el que hay que ponerse metas a diario. Cada uno elige qué límites trata de romper, qué barreras intenta hacer desaparecer. Ayer, en el BEC, un centenar de atletas se propuso hacer ver que subir corriendo 626 escalones de 19 pisos no solo es posible sino que se puede hacer muy rápido. Esa era la meta que perseguía la primera edición de la prueba Torre BEC Extreme, una curiosa carrera que se desarrolló en el marco de la celebración de la feria Expovacaciones y que contó con el patrocinio de DEIA.

Ciertamente, la de ayer no fue una carrera al uso, su recorrido era bastante peculiar. La salida se daba en un garaje, concretamente, en la planta -2 de la torre del BEC. Entre parcelas de aparcamiento y pilares, iban calentando y estirando los participantes en la prueba. Allí se pudo ver a dos navarros, Julen Azketa y Rubén Araiz, quienes se desplazaron hasta Barakaldo atraídos por la prueba. “Vi el cartel de la carrera publicado en Facebook y le lié a Rubén para venir”, señaló Julen, quien no se preparó especialmente para la carrera sino que siguió haciendo spinning en las últimas semanas tal y como suele hacer. A su lado, Rubén también estiraba para afrontar su primera prueba de este tipo. “He hecho carreras de montaña, pero supongo que será un poco diferente”. Rubén fue de los primeros en salir, en tomar esa primera recta que era la antesala de los 626 escalones y los 19 pisos que había que subir. La barakaldarra Maite Cervera también fue de las primeras en tomar la salida y la mujer más rápida en subir los 626 escalones. “Hago carreras de montaña y me he animado a hacer esta prueba. Lo que más respeto me da es perder el equilibrio entre escalón y escalón. Me temo que habrá bastantes diferencias respecto a las carreras de montaña, pero espero poder repetir, volver a participar en una cronoescalada y, a poder ser, en un edificio más alto como, por ejemplo, la Torre Iberdrola”, apuntó Maite. Su método de entrenamiento ha sido bastante curioso. “La verdad es que no he hecho un entrenamiento muy diferente al habitual para preparar la carrera. Sí es cierto que un par de días he subido corriendo desde abajo hasta arriba las escaleras del bloque de viviendas en el que vivo”, señaló Maite.

Ganadores Los atletas fueron saliendo uno a uno, dejando un minuto de diferencia entre la salida de uno y otro. Cada uno a su ritmo, con su cadencia iba tomando los escalones de esta torre. La recompensa era llegar hasta el piso 17 de la torre, la azotea desde la que se obtiene una vista impresionante del Gran Bilbao. Todos consiguieron su objetivo, pero el más rápido en hacerlo fue Roberto Garai, con un tiempo de tres minutos, mientras que, en categoría femenina, la ganadora fue Maite Cervera con un crono de cuatro minutos. Más lento, pero a un ritmo endiablado de igual manera cubrió la prueba Asier Gálvez, quien marcó un tiempo de tres minutos y 31 segundos. A su llegada a la azotea de la torre, su gesto de esfuerzo era más que notable. Ya, tras haberse hidratado y haber recuperado el resuello, Asier reconocía la dureza de la cronoescalada Torre BEC Extreme. “Es la primera vez que hago una prueba de este tipo y, la verdad, puedo decir que es dura. He pasado un momento malo entre los pisos uno y cuatro, pero luego he recuperado”, señalaba este bilbaino tras haber culminado el reto. Y es que, aunque sea una prueba muy explosiva, corta, hay lugar para los momentos de debilidad. En esos delicados instantes, el factor psicológico hace mucho. Lo comprobó en su propio cuerpo Tania López, quien posaba con la bandera de su país natal, México, en la azotea del BEC tras finalizar la prueba. “Este es, sin duda, un reto diferente. Es una carrera distinta a las que suelo hacer y he comprobado que, si normalmente, en una carrera, es importante, en esta lo es aún más. Lo he pasado mal sobre el piso sexto, pero luego, la cabeza me ha dicho que adelante y he podido seguir hasta aquí, hasta arriba”, apuntó Tania. Allí, en lo más alto de la torre finalizaba este peculiar reto que hizo del BEC la localización de una auténtica carrera hacia el cielo.