Bilbao - El madrileño, con raíces vascas, Carlos Álvarez Nebreda sabe mucho sobre la profesión de Enfermería. Tras acabar la carrera de ATS se licenció en Documentación y posteriormente se doctoró en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense en Epidemiología, Salud Pública e Historia de la Ciencia. Lleva más de veinte años investigando por las bibliotecas de todo el Estado. Fruto de su trabajo son los libros centenarios que ha elaborado sobre los Colegios de Enfermería de Madrid, Salamanca, Soria o Alicante, entre otros. Sus raíces vascas y su amistad con la presidenta del Colegio vizcaino, María José García Etxaniz, le han llevado a escribir un interesante libro sobre los 100 años de la Enfermería en Bizkaia.

¿Cómo surgió la idea de escribir el libro sobre esta profesión aquí?

-Hace unos años llegó a mis manos un documento de 1905 sobre una asamblea de practicantes de España en la que estaba representada Bizkaia de entre las 22 provincias que tomaron parte. Entones me puse en contacto con la presidenta del Colegio y le propuse hacer una historia ya que habían superado los 100 años de vida.

¿Qué le contestó?

-Que investigara y que profundizara para ver la vida colegial de esos 114 años.

¿Qué descubrió cuando se puso a investigar?

-Cosas muy interesantes. Por ejemplo, que en 1904 había en Bizkaia un periódico que se llamaba El practicante del Norte. Es una publicación que no llegamos a localizar, pero sabemos que existió. Eso demuestra que el Colegio de Practicantes de Bizkaia era una organización muy potente.

¿Qué puede destacar del libro?

-Muchas cosas. En primer lugar, que el Colegio de Enfermería de Bizkaia siempre ha sido vanguardista.

¿En qué se basa para afirmar eso?

-En varios hechos. El que tenga un periódico en 1904 ya es vanguardista. También que en 1905, Bruno Azkutia representara a Bizkaia en la asamblea nacional de practicantes.

Más datos que avalen su teoría...

-En 1919 se crea la federación regional de practicantes en la que están Bizkaia, Álava, Gipuzkoa, Navarra y Logroño. Y en 1920 se unen a las clases sanitarias de médicos, farmacéuticos, odontólogos y veterinarios. Por eso, Bizkaia siempre ha sido punta de lanza del resto del Estado.

¿Por qué escribe este tipo de libros?

-Porque siempre me ha gustado y porque estas publicaciones son importantes para dejar claro que la enfermería hoy en día es una profesión, pero hasta hace nada era la suma de tres oficios: practicante, matrona y enfermera. Pero hay más.

Siga, siga.

-La de practicante era la suma de varios oficios más: sangrador, cirugías menores y flebotonianos.

¿Cuándo se unifica?

-Fue en el año 1857 se dicta una instrucción pública en la que se unifican las enfermeras, que hasta entonces eran militares, religiosas o civiles. Es importante destacar que la enfermería es un oficio que transitó hasta llegar a ser profesión.

¿Cómo se ejercía ese oficio?

-En 1896, cuando se crea la primera Escuela de Enfermería, para ser enfermera había que saber leer y escribir y las cuatro reglas matemáticas. Ellas no podían mirar a los ojos de los médicos y cuando pasaban visita con los facultativos no podían hablar salvo que fuera requerida para ello y la respuesta tenía que ser breve: sí o no.

¿Cómo fue mejorando?.

-Muy poco a poco. En 1953 para ser matrona había que estar casada o ser viuda, una soltera no podía. Necesitaban un certificado de buenas costumbres emitida por el párroco de la localidad. En 1953 se creó la figura de ATS que unificó matronas, enfermeras y practicantes, y en 1977 entramos en la Universidad y pasamos a ser todos enfermeros o enfermeras.

¿Cómo está hoy en día la profesión?

-Hoy tenemos facultades de Enfermería, decanas de facultad, catedráticos de Enfermería, consejeros, directores generales, senadores. Hemos pasado de leer y escribir y no poder mirar a los ojos a tener un crecimiento exponencial.

¿Se ha dignificado?

-Sí, somos un referente en todo el mundo. Nos quitan las enfermeras en Alemania, Inglaterra o Francia. Tenemos mucho prestigio.