Larrabetzu - La intensa lluvia que saludó ayer Larrabetzu no fue un impedimento para que los amantes del vino afrutado producido en la comarca de Txorierri desafiaran la climatología adversa y se acercaran a la decimoséptima edición del Txakolin Eguna, celebrada en este municipio. De hecho, el cielo ofreció algunos momentos de tregua durante la mañana que contribuyeron a mejorar el invernal ambiente y dar la bienvenida a la nueva cosecha que presentaron siete productores de la zona en la plaza del Ayuntamiento.
Desde primera hora, muchos curiosos -bien provistos de paraguas y de ropa de invierno- se aproximaban al puesto de tiques que daban derecho a una copa de txakoli. Uno de estos stands era de Andoni Ojanguren, propietario de la bodega Erdikoetxe de Lezama. Según explicó este veterano productor la añada de este año es “algo inferior” a la del ejercicio pasado, siendo esta entre un 15 y un 20% menor. “El mal tiempo y la humedad han hecho que enfermedades como el mildiu se hayan generalizado y afectado a las cosechas”. A pesar de ello, este viticultor se mostraba moderadamente optimista con las ventas de la jornada porque según comentaba al ser una de las “primeras ferias del año, es un cita a la que la gente acude con ansias de probar el primer txakoli”, argumentó. A pocos metros de su puesto se encontraba otra de las bodegas señeras de Larrabetzu, Sasine, en cuyo mostrador atendía a los visitantes su dueña, Idoia Dañobeitia. Según relató esta productora, por contra, para ella la cosecha de este año ha sido “muy buena, de calidad, y de una gran cantidad de uvas”.
Para una firma como la suya, pionera en la comarca, asistir a la cita de ayer era casi una obligación. Por lo que a pesar de que no esperaba unas ventas espectaculares, Dañobeitia confesaba que no podían fallar a su público. “Es posible que con el mal tiempo mucha gente no acuda, pero aun así hay que cumplir con el pueblo”, explicó con una sonrisa.
Como acto central del Txakolin Eguna a las 12.30 horas, Asier Dañobeitia, sumiller de Lezama y miembro de la Asociación de Bizkaia de Sumilleres, presentó uno por uno los txakolis de cada bodega, describiendo su olor, sabor y textura a los presentes. Según destacó este experto la cosecha de este año es de “muy buena calidad” y se diferencia a otros años en la variedad de elaboraciones. “Nos hemos encontrado desde crianzas y vendimias tardías, espumosos que ya no son txakolis pero sí apardunes e, incluso, vinos licorosos.
Existe una amalgama muy grande que cubre desde un comienzo de poteo a todo el espectro gastronómico”, detalló. Dañobeitia estuvo acompañado por Iñaki Suárez, miembro de la Asociación de Sumilleres de Bizkaia, quien subrayó la evolución experimentada en la producción de txakoli en los últimos años y que en la actualidad se caracteriza por ser un vino “con más personalidad y más capacidad de desarrollo en el tiempo”, y que según el experto, ha dejado “de ser un caldo de acidez y graduación alta para ser consumido como vino blanco de calidad”.
Las bodegas que presentaron ayer su cosecha de txakoli fueron Sasine, Gorka Izagirre, Erdikoetxe, Magalarte de Lezama, Garkalde Txakolina, Bitxia y Basalbeitiko Txakolina. Muchas cuadrillas se acercaron al evento procedentes de diferentes puntos de Bizkaia para degustar su primer caldo de este año. Fue el caso de Sebas, Bego, Marisa, Fernando, de Basauri, que no dudaron en pasar la mañana en este municipio del Txorierri en pos de su ansiado txakoli. “Nos ha gustado mucho el caldo de la bodega Sasine, lo primero porque es del pueblo y también porque de todas las degustaciones que hemos hecho es la que más nos ha sorprendido por su sabor, además de ser el que más premios tiene”, explicaron al unísono. La mala climatología no fue obstáculo para que este grupo de amigos se dejara llevar por el aroma y sabor afrutado y fresco de los vinos presentes en la feria. “Nos hemos animado, la lluvia es lo de menos porque nos encanta venir y pasar un buen día probando los diferentes txakolis. Venimos a mojarnos por dentro y por fuera”, expresaron.
El Txakolin Eguna contó con la presencia de varios puestos de productos agrícolas y artesanales que sirvieron como complemento de lujo a la primera cita del calendario txakolinero de la comarca.