Mallabia - El vertedero de la localidad parece ser una de las candidatas para recibir 60.000 toneladas de basura que genera el territorio vecino. Eso es lo que se desprende, después de que el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) haya adjudicado a la empresa Betearte de Mallabia el contrato para que deposite los residuos en el vertedero del municipio. Desde que esta semana se haya conocido la noticia, el Ayuntamiento de Mallabia busca impedir de cualquier forma que su municipio tenga que soportar las basuras de los guipuzcoanos. El alcalde de la localidad, Igor Agirre, manifiesta “todo empezó el día 13 de marzo cuando la empresa vino a comunicarme su intención de postularse como candidatos a traer los residuos orgánicos del territorio de Gipuzkoa. En ese momento yo les dije que no podían llevar a cabo esas pretensiones, puesto que el vertedero de Areitio solo está autorizado para residuos industriales no peligrosos y que por ese motivo no cuentan con la licencia para traer otro tipo basura“. Agirre explica que “desde el primer momento les dije que el Ayuntamiento de Mallabia no iba a permitir algo así”.
A pesar de conocer las intenciones municipales, la empresa Betearte, que declinó hacer declaraciones a este medio, sigue adelante en su intención de hacerse con la gestión de las 60.000 toneladas anuales de basura, al ser la única interesada en el contrato guipuzcoano. Una licitación que ha salido en dos lotes, para dos años, por un precio base de 7,3 millones de euros. “La empresa que se postula me dijo que Mallabia iba a ganar mucho dinero con este contrato, pero yo insistí en que yo no quería ese dinero para mi pueblo. Yo trabajo para atraer empresas y crear empleo, no para traer basura”, añade Agirre.
La Diputación de Gipuzkoa lleva años intentando dar una solución al problema de sus residuos sólidos urbanos, pero el ente foral del territorio vecino es incapaz de dar una solución a las 160.000 toneladas de basura que se generan anualmente. Hace un año consiguieron ubicar algo más de 100.000 en el vertedero de Lurpe en Mutiloa, pero necesitan depositar otras 60.000 toneladas en algún otro punto, para lo cual el ente foral guipuzcoano fijó sus intenciones en el vertedero de Mallabia. “Los dos partidos del Ayuntamiento, PNV y EH Bildu estamos juntos en este tema, nos oponemos totalmente a que los residuos vengan a Mallabia. Tengo que subrayar que no somos insolidarios, ni irresponsables con este proyecto, como nos han tachado algunos cargos políticos de Gipuzkoa; ya desde hace años tenemos un vertedero para otros residuos, pero no para traer más basura”, responde contundentemente el primer edil mallabitarra.
Cambio de uso El Ayuntamiento de la localidad sostiene que para el nuevo propósito de la Diputación de Gipuzkoa, no se ha contemplado que el vertedero no cuenta con un estudio de impacto integral. Además la empresa adjudicataria, Betearte, no cuenta con la licencia para llevar a cabo obras de acondicionamiento del espacio, que debe ser otorgado por la Administración local, a lo que el regidor responde que “a ver cómo lo consiguen”. Pero por si todos estos requisitos fueran pocos, Betearte deberá enfrentarse también a un cambio en el plan general urbano de la localidad. “En Mallabia no están admitidos residuos sólidos urbanos en ese vertedero, para lo cual sería necesario llevar a cabo un cambio que para nosotros es sustancial, aunque el Gobierno vasco considera lo contrario. Vamos a defender que el procedimiento es complejo y sustancial, y Lakua deberá estudiar bien el caso antes de proceder al cambio. Es un cambio de uso”, explica Agirre.
El alcalde cuenta además con más argumentos para impedir que el vertedero de Areitio acumule estos residuos. “Mallabia pertenece a Bizkaia y en este territorio hay una norma que indica que todo tipo de residuo debe ser tratado previamente antes de almacenarlo, por lo que no pueden traer basura como pretende Gipuzkoa. No me pueden echar la basura cruda. Tengo muchos argumentos para que ese contrato no se lleve a cabo y haré todo lo que esté en mi mano para que así sea”, sentencia Agirre.