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Protagonistas de una novela de aventuras

Protagonistas de una novela de aventurasBorja Guerrero

HE aquí el trepidante mundo de la medicina y las ciencias de la salud, donde se entremezclan una y mil historias, dignas de una novela de aventuras. Desde el rescate de una vida de las fieras garras de la enfermedad al hallazgo de un remedio para males que parecían incurables gracias a la investigación; desde la rebeldía contra la muerte a brazo partido hasta la reconstrucción de los cuerpos mediante un trasplante; desde ese don casi mágico para ver el interior del cuerpo humano, como si fuésemos transparentes, hasta la comprensión y el alivio de los infiernos que de vez en cuando suben e inundan el cerebro de los vivos; desde el origen microscópico de la vida hasta la última batalla. Todas esas historias y otras muchas más caben en esas ciencias.

¿Por qué recordarlo ahora? Quizás como preámbulo y homenaje a los equipos de donación y trasplante de Euskadi, representados, entre otros, por el consejero de Salud, Jon Darpón; al presidente de Cinfa, Enrique Ordieres; al microbiólogo Ramón Cisterna, y a los radiólogos José Calonge, Txomin Grande e Ignacio Lecumberri, todos ellos distinguidos anoche con los premios José Carrasco-Máximo de Aguirre 2018, galardones que recompensan “la labor de integración de las ciencias de la salud en la sociedad civil por parte de personas e instituciones”, segín atestiguan desde la organización a cuatro manos, entre, la Sociedad Bilbaina que preside Antón Pérez-Iriondo, en los amaneceres del cargo todavía, y la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, presidida por Ricardo Franco Vicario.

Las razones, expuestas ayer en la cena organizada en la propia Sociedad Bilbaina, por cuyos salones tanta ciencia y tanto conocimiento han corrido en sus 175 años de historia, son profusas. Al abreviarlas diremos que el equipo de donación y trasplante de Euskadi organizado por Osakidetza inició su andadura en 1986, y ha llevado a cabo alrededor de 6.000 trasplantes, con una tasa de 47 donantes por millón de personas, la más alta del mundo, para orgullo de José Ignacio Aranzabal y la gente que coordina. Y que el presidente del laboratorio de Cinfa desde 2006, Enrique Ordieres, recibe el premio por su trayectoria profesional en el campo farmacéutico. El médico catedrático de Microbiología, Ramón Cisterna, fue galardonado por su trayectoria en la microbiología, la inmunología y la parasitología y los radiólogos José Calonge, Txomin Grande e Ignacio Lecumberri fueron pioneros en el ámbito de la práctica médica privada en Bizkaia.

Con tanto atractivo no resultó extraño que los salones de la Sociedad Bilbaina rebosasen. Allí se encontraban, por ejemplo, Juan Ignacio Goiria, Manu Suárez; la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica; el rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert; Agurtzane Ortiz, en nombre de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU que este año cumle 50 años de vida; Tomás González, Mercedes Olabarria; Diego Palao y Mercé Balcells, en nombre de la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y Baleares; Javier Viar; Pedro Ensunza, Miguel Ángel Lujua y Nicolás Guerra, trinidad de IMQ; Nekane Murga, Mireia Elkoro-Uribe, José Luis Sabas, Fernando Astorqui, Agustín Martínez Ibargüen, Juan José Zarranz, Juan Gondra, Agur-tzane Ortiz, Begoña Ochoa, Eguzkiñe Gallastegi, en nombre del Colegio de Enfermería de Bizkaia; Cosme Naveda, Salvador Landa, Francisco Dehesa, Joseba Vidorreta, Celina Pereda; Álvaro Ortega, en nombre de Docor Comunicación, Antonio del Barrio, Luis Eguiluz, Maite Feito, Víctor Echenagusia, Sonia Sáenz de Buruaga, Iñaki Linaza, Marcelo Curto, Juan del Arco, Flavia Erazo,Virginia Cortina, Gorka Pérez-Yarza y una legión de hombres y mujeres capaces de manejar las costuras de la vida.