Bilbao - Veni, vidi, vici. Y tan rápido como vino, vio y venció, este temporal de nieve será sustituido desde hoy y hasta el domingo por una climatología más propia de la primavera, con los mercurios rozando los veinte grados centígrados -quince más que los registrados ayer en algunos puntos de la geografía vasca- y lluvias escasas en ciertos momentos de estas próximas jornadas. Este brusco cambio en las previsiones obedece a la entrada sin contemplaciones de una lengua de viento sur que podría dar la estocada a un invierno que encañona de reojo su fecha de caducidad: el 20 de marzo.

En cualquier caso y aunque habrá que esperar a la evolución de las próximas horas para poder concretar qué pasará el fin de semana, por el momento, todos los modelos consultados apuntan a un tiempo agradable, con temperaturas suaves. A modo de resumen, hoy la temperatura subirá hasta los 17 grados en Bilbao y los 16 en Donostia, mientras que en la capital alavesa se estancará en los doce (nueve por encima de la máxima de ayer). También hoy se mantendrán activos los avisos amarillos por viento de componente sur, con rachas de unos cien kilómetros por hora en zonas abiertas, y de ochenta en áreas no expuestas . “Esta misma situación se repetirá el viernes y el sábado”, indicaron desde Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología.

Uno de los focos de atención durante estas jornadas venideras estará en la red de pantanos y en los cauces de los ríos. El alavés de Ullibarri, que abastece a Gasteiz y a la capital vizcaina, ya entreabrió las compuertas en los anteriores episodios de nevadas y el posterior deshielo, con el consiguiente riesgo de inundación de los terrenos y fincas adyacentes al mismo. Ayer estaba al 90% de su capacidad. Y con el de Urrunaga, también en territorio alavés, ocurrirá más de lo mismo. En una situación similar se encuentra el de Ordunte -ubicado en tierras burgalesas, y del que también bebe Bilbao- que ayer estaba al 100% de su capacidad.

Por lo tanto, la entrada de esta lengua de viento sur ayudará a templar los cielos vascos, pero también pondrá en alerta a la red de embalses ante el deshielo que devolverá el verdor a los montes.

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