Urduliz - Las galletas de Lorena Aparicio lucen en una vitrina. O decoran una mesilla junto a fotografías. O, quizás, están colgadas en la pared. Las galletas de Lorena son pequeños cuadros. Son bocados de arte. Esta urduliztarra pinta en galletas. Y el resultado es de lo más asombroso y sabroso -sí, también se pueden comer, aunque da mucha pena-. Hace retratos en los que plasma hasta el último detalle de la cara, parejas que se abrazan, niños que juegan... Y también, cualquier encargo que le soliciten. En blanco y negro y en color. Son instantes congelados en dulce. Todo muy realista.

Esta es su receta: “Yo pinto sobre fondant, también puedo hacer sobre glasa, pero me resulta más incómodo. Uso pinceles normales, eso sí, habitualmente los cojo muy finitos, que sí son especiales de repostería, pero algunos son incluso de maquillaje. Y las pinturas son comestibles”, indica Lorena, que es quien está detrás de Los dulces de Kolo, su firma en estos cuadros que se comen por los ojos. Por supuesto, esta vecina de Urduliz tiene mano con la cocina y con el dibujo. “De pequeña pintaba. Pero hacía paisajes, bodegones... caras, nunca. Y un día me lancé a hacer con pinceles una foto de mis hijos”, desvela. Y el cambio del lienzo por la galleta llegó hace más o menos cuatro años. “Siempre me ha gustado muchísimo cocinar, pero no de esta manera. Yo hacía mis tartas y un día también me puse a hacer modelados, porque también me gusta la escultura. Y no sé cómo conocí a una señora de Barcelona, que se llama Ana Bonilla, y que daba cursos de pintura en repostería. Eran cosas sencillas, igual una Campanilla o un osito. Y dije: ¡Qué curioso! Vino a Bilbao e hice un curso con ella. Y ahí ya me piqué”, rememora. Esos fueron los primeros ingredientes de las galletas creativas de Lorena. Comenzó a prepararlas para ella. “Me relaja muchísimo”, admite. Luego, vinieron los encargos. “La gente me los pide para regalar, porque son como pequeños cuadros. Es algo original”, explica. Y también surgieron los concursos, las ferias, los cursos... “En 2015 hubo una feria de repostería aquí; había un concurso y me animé, sobre todo, gracias a un amigo de Barcelona. Ahí no gané nada, pero después, fui dos años a la feria de repostería creativa de Barcelona y quedé plata en las dos ocasiones. Este pasado 2017 ya no se ha hecho la feria. Se han quitado al final todas. En Bilbao se hizo tres veces. En Barcelona hubo muchos años y en Madrid también se hacía y desapareció”, lamenta Lorena.

Impartir cursos también se coló en su menú artístico. Después de un impasse, ya vuelve a desvelar sus secretos. “Con la primera feria a la que fui, me llamaron para dar cursos y estuve haciendo un montón en 2015 y 2016 por toda España. Pero luego, lo dejé un poco apartado todo. Porque de esto no se vive. Te sacas un extra. Pero al final tienes que desplazarte a muchos sitios y dedicarle muchísimo tiempo, y yo tengo mi trabajo... A mí me han llegado a llamar de Sudamérica. Pero no me compensa. Ahora he vuelto a retomar los cursos. La pasada semana me avisaron para dar uno en Madrid en septiembre. A mí me encanta dar clases. Lo que más me gusta es conocer a gente y hablar con los alumnos”, comenta. Así, Los dulces de Kolo van seduciendo por distintos rincones. Porque en pocos lugares hay personas que hagan arte con un pincel sobre una galleta de esta manera. El tiempo medio que tarda es de tres horas, aunque a los encargos les dedica más minutos. Son las galletas de azúcar y pintura.