Más de 1.200 personas en Bizkaia padecen esclerosis múltiple

Bilbao - A Miriam Armendariz y Guadalupe Pérez les une la enfermedad. Las dos padecen esclerosis múltiple desde hace más de veinte años. Ayer compartían un juego electrónico de rehabilitación en la sede de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Bizkaia (Adembi) mientras el lehendakari Urkullu se les acercaba para interesarse por lo que estaban haciendo. “Esto viene muy bien”, decía una de ellas, “porque, por lo menos, evita que nos quedemos duras, atrofiadas”. Ellas mismas y Olatz, la trabajadora social que les ayudaba en el juego, le dieron todo tipo de explicaciones al lehendakari, que quiso agradecer con la visita el trabajo que realizan desde la asociación. “He visto cómo una persona afectada”, dijo Urkullu, “puede mejorar notablemente su calidad de vida gracias al esfuerzo que hacéis mediante la rehabilitación y os felicito por la apuesta en la utilización de innovación tecnológica que habéis llevado a cabo”.

La esclerosis múltiple es la enfermedad neurológica más frecuente entre adultos jóvenes, que se diagnostica habitualmente entre los 18 y los 35 años. Miriam, por ejemplo, recuerda que sus primeros síntomas fueron que “se me dormía el culo”, pero nunca pensó que iba a ser esclerosis múltiple. Una vez que le diagnosticaron la enfermedad dice que se alegró, “dentro de lo que cabe”, porque por fin sabía lo que tenía. A partir de ese momento notó cómo su cuerpo iba perdiendo facultades hasta el día de hoy, que puede decir que “está estabilizada” gracias al trabajo constante de la rehabilitación y la medicación. “Yo tengo fe en que salga algún medicamento que mejore algo nuestra calidad de vida”, dice. Lo mismo piensa Guadalupe, que tuvo más suerte “porque me diagnosticaron la enfermedad en tres semanas”. Acudió al médico tras notar cómo “me salía una mota en el ojo, dolores de cabeza y hablaba mal”. Al igual que Miriam, acude dos veces a la semana a las instalaciones de la asociación para realizar ejercicios de rehabilitación. Gracias a ello confiesa con una sonrisa que “no me estoy quedando dura”.

Afectados Guadalupe y Miriam son dos de las más de 1.200 personas que padecen esclerosis múltiple en Bizkaia. Desde Adembi destacan que es una “enfermedad crónica que puede dar lugar a secuelas que limitan la calidad de vida, por lo que tiene un gran impacto social”. Según los datos que maneja la asociación, “cada cinco horas se diagnostica un nuevo caso en el Estado, donde afecta a más de 46.000 personas”. Los síntomas más comunes, según señalan los expertos de la asociación, son “trastornos sensitivos, del equilibro, del habla, temblores, debilidad de los miembros, alteraciones urológicas, vértigo, fatiga y alteraciones visuales”. El lehendakari definió la esclerosis múltiple durante su intervención tras la visita, como “la enfermedad de las mil caras”. Pero a pesar de ser crónica, desde Adembi advierten que “no es una enfermedad contagiosa, no es hereditaria y no es mortal”.

El lehendakari, que estuvo acompañado por el consejero de Salud, Jon Darpón, y la consejera de Empleo y Servicios Sociales, Beatriz Artolazabal, recordó que en “en todos los hospitales de Osakidetza cuentan con médicos de referencia especialistas en esclerosis múltiple que realizan una seguimiento continuo y exhaustivo de los pacientes afectados por esta enfermedad”.

Tal y como resaltó, el objetivo del Gobierno vasco que lidera, “es seguir ofreciendo a los pacientes una atención sanitaria de calidad y multidisciplinar, los medicamentos más efectivos y el impulso de la investigación”. De hecho, dijo Urkullu con orgullo, que “Euskadi fue pionera”, en investigación, ya que “participó en el primer ensayo clínico de un nuevo fármaco”.

La Asociación de Esclerosis Múltiple de Bizkaia cuenta con un centro de rehabilitación integral en Ibarrekolanda dotado con la tecnología más avanzada. A este centro acuden semanalmente alrededor de 240 personas para seguir los diferentes tratamientos. También gestionan la primera residencia para personas con esclerosis múltiple, que es de titularidad foral. El director del centro, Pedro Carrascal, se limitó a decir: “Gracias por estar a nuestro lado”.