Bilbao - Posturas más enconadas y acusaciones mutuas de boicotear el acuerdo. El comité de empresa y la concesionaria del servicio de la OTA en Bilbao no fueron capaces ayer de validar la intermediación propuesta por la Dirección de Trabajo del Gobierno vasco. A esa misma hora, Alfonso Gil, el concejal de Movilidad y Sostenibilidad, responsable de la Ordenanza de Aparcamiento desvelaba en una comisión municipal varios datos preocupantes. El más grave, la caída de un 92% de la recaudación. Seguro que se notará en las arcas municipales.
Como se recordará, los trabajadores de la OTA iniciaron una huelga indefinida el pasado 2 de enero en demanda de la readmisión de siete compañeros despedidos y de la negociación del convenio, sin renovar desde hace siete años.
Fuentes de la dirección de la empresa adjudicataria del servicio, la unión de empresas compuesta por Eysa y Cycasa, y del comité de empresa se culparon mutuamente, de la falta de entendimiento en la reunión mantenida con los técnicos de la delegación de Trabajo.
El presidente del comité de empresa, Javier Escobar, aseguró que la delegación de Trabajo propuso “un preacuerdo de desconvocatoria de la huelga” que los trabajadores estaban “dispuestos” a firmar pero que la empresa se ha negado, con lo que, según indicó, “se ve quién quiere solucionar el conflicto laboral y quién no”.
Señaló que la empresa “se ha quitado la careta” porque hasta ahora mantenía que “no vinculaba los despidos a la negociación del convenio”, mientras que ayer sí los vinculó al admitir que, con un convenio acorde a sus intereses, estaría dispuesta a hablar de la readmisión de los siete trabajadores despedidos.
Flexibilidad y cerrazón Fuentes de la concesionaria indicaron que la empresa ha demostrado “flexibilidad”, aunque se ha encontrado con una posición “cerrada” en la parte social. Entienden que ha sido el comité quien “se ha negado” a alcanzar un acuerdo y “confía” en que muestren una disposición diferente en la reunión convocada para el próximo martes. El encuentro tendrá lugar a las 9 de la mañana del martes en la sede de la delegación de Trabajo en Bizkaia, en Bilbao.
Por su parte, Alfonso Gil aportó ayer en la comisión solicitada por el grupo Goazen Bilbao varios datos desconocidos sobre la incidencia que está teniendo un paro que la próxima semana cumplirá un mes. Así, la recaudación de la OTA ha pasado de más de 225.000 euros semanales a finales de diciembre 17.600 euros de la semana pasada. Supone un descenso cercano al 92%.
Gil también dijo que el Ayuntamiento ha impuesto penalizaciones por un importe de 254.542 euros a la adjudicataria por las deficiencias del servicio durante la huelga.
En cuanto a los sabotajes en los parquímetros, que la empresa ha evaluado en 300.000 euros por el coste de los daños en 200 de estos aparatos, Gil informó de la denuncia presentada ante los tribunales, como adelantó DEIA, y afirmó que va a “perseguir hasta el final a los que han vandalizado los parquímetros porque están jugando con dinero de todos”. Aseguró que ha habido “daños con saña” y que “no va a salir impune aquel que se ha dedicado a estropear el patrimonio público”. El edil dijo que apoya a los trabajadores “pero no a cualquier precio”. También informó que la huelga es seguida por el “67,4%” de los trabajadores de una plantilla formada por 140 empleados.
Gil agradeció ayer las muestras de solidaridad que le han expresado los grupos políticos por el escrache que sufrió en su domicilio y pidió “disculpas” a los usuarios por las condiciones del servicio. - Efe