Ermua - El 10 de enero de 2018 se ha convertido una fecha histórica en Ermua. Y es que ayer los primeros vehículos atravesaron desde las seis de la mañana los túneles de Uretamendi. De este modo, se completaba la primera fase de la variante de Ermua. Se trata de un ambicioso proyecto, que comenzó a redactarse en 2004, se convirtió en inabordable en época de crisis y será una realidad este verano cuando el vial conecte con la variante de Eibar.

Con el primer tramo de esta carretera operativo, el que discurre de los túneles de Uretamendi desde Areitio hasta Beko Eureka, los primeros conductores estrenaron ayer el nuevo trayecto. En este sentido, la falta de costumbre hizo que fueran pocos los vehículos que transitaron por la variante. A pesar de ello, coincidiendo con la apertura de los túneles de Uretamendi, dos accidentes provocaron importantes retenciones en la zona. El primero de ellos tuvo lugar sobre las siete de la mañana, cuando dos vehículos colisionaron a la altura del peaje de San Lorenzo, y el segundo, pocos minutos después, en el acceso de de la A-8 entrando al municipio de Ermua con la colisión entre un camión y un coche. “Ha sido una circunstancia que no tiene nada que ver con la apertura de la variante”, informaron fuentes forales, quienes añadieron que “este proyecto es una reivindicación histórica y una necesidad para el pueblo de Ermua”.

Coincidiendo con la apertura ayer de los casi 600 metros de túnel, equipado con los mecanismos más punteros en seguridad, también se inauguraron las nuevas cabinas de peaje que fueron utilizadas por los primeros conductores a través del nuevo acceso directo de la AP-8 y la N-634.

En lo que al antiguo peaje se refiere, desde la Diputación optaron por mantenerlo hasta el domingo y que pueda ser utilizado al mismo tiempo que el nuevo con el propósito prioritario de que la ciudadanía pueda familiarizarse con las nuevas cabinas. Y es que las labores de la segunda fase que permitirán comunicar el nuevo vial con la variante de Eibar se llevarán por delante el peaje de San Lorenzo. “Para terminar el proyecto tienen que quitar el de toda la vida y la verdad que se hará raro no salir en San Lorenzo para ir a casa”, apuntó Ion Alcoba, vecino de Ermua.

La culminación de la variante de Ermua, que contará con algo más de cuatro kilómetros, permitirá sacar 9.000 vehículos diarios del centro del municipio, lo que se traducirá en mayor seguridad ciudadana y una situación mediombiental más óptima. Esta mejora en la calidad de vida no será una realidad hasta finales de verano cuando el vial conecte con la variante de Eibar. Y es que hasta entonces, la ciudadanía seguirá soportando el tráfico por el centro del municipio. “Todo lo que sea sacar coches y ruido del centro bienvenido sea porque ese ha sido el gran problema que hemos sufrido los que vivimos en Ermua”, explicó resignado Emeterio Fernández, vecino de la localidad.

Satisfecho también por la futura reducción del tráfico en el centro urbano, aunque consciente que habrá que esperar más de medio año, se mostró el hostelero Fidel Morales. “Todavía hasta empalmar con Eibar seguiremos sufriendo el paso de camiones pero no cabe duda que después estaremos mucho más tranquilos porque el tráfico es terrible en esta zona”, apuntó el propietario de un bar en la Avenida Gipuzkoa.