Zierbena - El cierre de la batería de costa de Punta Lucero en Zierbena a principios de los años 80 permitió que este farallón costero ganara proyección como un espacio de asueto para mendizales, senderistas y ciclistas. Antes, este pequeño monte de 307 metros de altura tuvo un gran valor estratégico con hitos señalados en las guerras carlistas, en la defensa de Bizkaia como parte del Cinturón de Hierro y, tras la Guerra Civil, como defensa ante una posible invasión aliada en la Segunda Guerra Mundial. De este último periodo surgió la batería de costa en la que muchos zierbanatos, abantoarras y santurtziarras pasaron el servicio militar obligatorio. Es el caso de Alfonso Celso y Julián Unanue que fueron voluntarios a la mili en 1960, cuando tenían 20 años.

¿Por qué fueron voluntarios en vez de esperar al reemplazo?

-Julián Unanue: Básicamente tuvo mucho peso ir allí voluntario porque nos tocaba ir a la Marina durante 24 meses o nos podía tocar ir a África, y como voluntarios nos quitábamos medio año de mili y encima en casa. La lástima era que nos partió un poco porque los dos éramos deportistas.

-Alfonso Celso: Corríamos en clubes ciclistas y andábamos bien y hacer la mili nos truncó la proyección. Eso sí, íbamos desde Santurtzi hasta el barrio de La Cuesta en Zierbena en bicicleta. Allí dejábamos la bici y subíamos andando.

¿Cómo les fue la mili en aquellas instalaciones tan especiales?

-J. U.: Aquello era un poco como el ejército de Pancho Villa. Tuvimos la suerte de tener mandos que trataban muy bien a los soldados. Había casos que había pescadores que tenían que salir a pescar porque era el sustento familiar y bajaban a los puertos y si había una visita con una llamada de teléfono, se avisaba a vecinos para que subieran para vestirse de soldados.

¿Y nunca les pillaron el engaño?

-A. C.: En nuestros reemplazos, del 60 y 61 al menos no, e incluso las liábamos peores. Una vez nos fuimos arrestados al Coso Blanco de Castro Urdiales. Allí solo quedó el perro.

Hombre, alguna vez también tendrían que ponerse serios y cumplir el servicio, ¿no?

-J. U.: Los que vivíamos cerca íbamos a trabajar y a dormir a casa, por lo que la vigilancia quedaba casi siempre en manos de gente de fuera, de Cantabria, La Rioja o de Burgos, aunque claro, si te tocaba guardia, te tocaba y la batería tenía que estar en perfecto estado porque regularmente había ejercicios de tiro a los que venía gente de otras baterías.

Sería todo un desafío.

-J. U.: Aunque una semana antes se avisaba a los barcos pesqueros y mercantes, una vez nos pasó que un barco debió pensar que era una broma y se metió en el radio de tiro, unos doce kilómetros, y nos dieron la orden de fuego. No veas como dio la ciaboga el barco. Se tuvieron que llevar un buen susto.

¿Y qué tal se llevaban los soldados con los vecinos y viceversa?

-A. C.: Los vecinos querían mucho a los soldados. Entre los que formábamos la batería había gente de Zierbena, pero en general los que éramos de la zona teníamos muy buenas relaciones con la gente. Incluso a veces los aldeanos cuando segaban las campas nos llamaban para ayudarles a enfardar con una empaquetadora manual que tenían y siempre nos daban algún dinerillo.

La Zierbena de entonces era muy diferente a la actual, ¿no?

-A. C.: Para que te hagas una idea, desde San Mamés hasta la playa de La Arena no había nada más que campas y algunas huertas y hoy día está lleno de chalés y casas, aunque supongo que tenía bastantes habitantes con todos los barrios. Al fin y al cabo éramos de la quinta del 40 en la que hubo una auténtica explosión demográfica ya que los hombres que volvieron de la guerra lo primero que hicieron fue un hijo.

¿Hace mucho que no la visitan?

-A. C.: Hace ya algunos años que no subimos. A pesar de ello siempre hemos creído que con aquella edificación tan robusta se podían hacer algo interesante para la población.

-J. U.: Si allí arriba pusieran un hotel o un restaurante, o un espacio de recuerdo de lo que fue la batería, mucha gente se animaría a subir a este monte que es precioso y que además es el mejor mirador sobre El Abra.

exsoldados de la batería de punta lucero en zierbena