LA élite del sukalki se congregó ayer en Armintza. En una jornada espléndida, propia del verano, los mejores especialistas en la elaboración de este suculento guiso, elaborado a base de carne y patata, se enfundaron los delantales para ponerse al frente de los fogones con motivo de la decimoquinta edición del campeonato de Bizkaia de esta especialidad, celebrado en este barrio pesquero de Lemoiz.
“En Armintza compite la élite del sukalki en Bizkaia. Es muy complicado ganar. Hay mucha competencia porque es un campeonato muy potente”, resumieron Igor Álvarez, Javier Madariaga y Unai Asla, integrantes de la cuadrilla Marrazoak de Mungia, que sabían a lo que venían y lo que se iban a encontrar.
Concretamente, con lo más granado de los fogones vizcainos. Por eso, no es de extrañar que el aroma del puerto pesquero cambiase ayer por un día, cobrando protagonismo la carne y las patatas.
“Venimos a pasarlo bien y a disfrutar, la competición ya es otra cosa”, señalaron los integrantes de la cuadrilla Temple, de Armintza. Jugaron en casa Pedro Mendizabal, Koldo Urrutikoetxea, Manu Gutiérrez, Marian Martínez, Jaso Mendizabal y Javi Tomé. Por aquello de la cercanía, fueron de los grupos más madrugadores. “Hemos venido a las 05.45 horas para ir preparando todo porque nosotros lo hacemos todo aquí”, apuntó uno de ellos.
También a esa hora estaban descargando todo el material necesario los integrantes de las cuadrillas Milán, de Gatika, y Bar Coppi de Astrabudua. Con cinco ediciones a sus espaldas y ostentando el título de “campeones de Goierri”, quisieron batirse el cobre con “la élite del sukalki”. Juan Carlos Pereira y Luis Mari Hernández fueron los encargados de preparar dos cazuelas que olían que alimentaban. “Lo más importante es contar con buen género. Nosotros hemos comprado a diez euros el kilo de zancarrón. En total nos hemos dejado 200 euros para hacer una cazuela y 180 euros para la otra. Aquí hay que venir con lo mejor”, resumieron.
Junto a ellos, el campeón de Larrauri se afanaba en cuidar hasta el mínimo detalle. Cada trozo de carne era examinado con sumo cuidado para detectar su punto de cocción. La cuadrilla Bio Bat, de Gatika, especialista en estas lides y compuesta por la familia Ormaetxe -con Iñaki, Javi y Gaizka a la cabeza-, junto con la ayuda de Jon Peli, llegó a las seis de la mañana para preparar las cazuelas.
Cerca de ellos estuvieron también los integrantes de Ez dakigu hobeto egiten, una cuadrilla procedente de Mungia. “Este año aspiramos al podio”, destacaron. “Llevamos doce años viniendo y hemos ganado tres veces”, reconocieron. En total, su apuesta culinaria supuso un desembolso económico de “300 euros”. “El precio varía cada año en función de la verdura”, apuntaron.
PREMIOS En este sentido, los que volvieron a casa con el orgullo de ser los mejores cocineros de sukalki fueron los integrantes de la cuadrilla Nagore, de Mungia. De este modo, Mungia volvió a ser protagonista en este certamen, al igual que el año pasado. Por ser los mejores se llevaron un premio en metálico de 600 euros, además de la correspondiente cazuela de oro enmarcada, un jamón y una caja de vino.
En segundo lugar quedó la cuadrilla Baserri, de Bermeo. El premio en este caso fue de 300 euros, una cazuela de plata como obsequio, jamón y vino. En tercer lugar y completando el podio estuvieron los integrantes de Betikolez, de Gamiz-Fika. Se llevaron un premio de 150 euros y la cazuela de bronce.
Finalmente, en cuarta posición quedaron Lau Haizetara de Bakio, que se llevaron un premio de 120 euros, vino, queso y una copa conmemorativa. En quinto lugar quedaron Kalos Ti Moon, de Arteaga, con un premio de 100 euros.