La belleza de una localidad como Elantxobe es algo fuera de toda duda. Uno de los pueblos más pintorescos de la costa vasca atrapa al viajero y todo aquel que se acerca solo con la primera mirada. Edificios que se asoman al mar, colgados sobre unas cuestas que terminan en un pequeño, pero idílico puerto. Aun así, toda belleza guarda su lado negativo y, en este caso, la propia configuración del pueblo que le aporta su atractivo, también es una dificultad para aquellos vecinos que deben subir y bajar por sus empinadas calles. Para paliar esta dificultad, el Ayuntamiento elantxobetarra pretende facilitar la movilidad peatonal con el encargo de un anteproyecto que permita colocar un ascensor para que los desplazamientos a pie sean menos duros.
El proyecto, que daría la oportunidad de facilitar la movilidad peatonal, contribuiría también a ganar en calidad de vida a los vecinos. Por todo ello, el Consistorio ha informado del encargo de un estudio con anteproyecto para instalar un ascensor que conectará en dos tramos la zona alta del pueblo y el puerto. Uno de los tramos de los que estaría compuesto el elevador iría en vertical, desde el Asador Makues hasta el mirador, y el segundo tramo inclinado empezaría a la altura del mirador y terminaría junto al lavadero del puerto. Se trata de un proyecto que lo han descrito como “muy ambicioso” por la ejecutiva local, que la presentará tanto en la Diputación Foral de Bizkaia como ante el Gobierno Vasco para que con su colaboración pueda ser llevado adelante, dado que “es un proyecto imprescindible para Elantxobe” considera el Ayuntamiento.
Los vecinos prefieren esperar a ver cómo ocurren los acontecimientos, pero la idea de poder contar con un ascensor en su pueblo es una noticia que ha sido bien acogida. Las únicas críticas existentes son, precisamente, las dudas a que acarrea la realización de un plan tan ambicioso. “Me parece bien que pongan el ascensor. Creo que ayudara a la gente del pueblo, por lo menos a no subir tantas escaleras”, relata Jose Ramón Kortadi sentado en la terraza del bar Mentrame, a la entrada de la pequeña localidad. Aunque el tiempo no acompañe para salir a la calle hay costumbres que hay que cumplir religiosamente. Kortadi bromea con la idea, “así podríamos ir en automático hasta la parte de arriba del pueblo”. Junto a él, Ignacio Handia asiente, ya que también comparte la opinión favorable de poder tener un elevador y con conocimiento de causa. “Vivo en la mitad del pueblo, delante de las escuelas y tengo que hacer cuatro paradas cuando salgo de casa solo para ir a buscar el coche, que aparco en la parte de arriba porque hace 8 años me quitaron un pulmón”.
Las cuestas de Elantxobe, sobre todo en la zona más cercana al puerto y el mirador, suelen resultar duras hasta para las piernas más acostumbradas a hacer esfuerzos. Pocos son los que suben desde abajo hasta la parte de arriba del municipio sin hacer una parada para recuperar el fuelle. Bien lo sabe Handia, que según relata “un coche no puede llegar hasta la mitad del pueblo. A mi me parece bien, sobre todo porque el simple hecho de subir una cuesta provoca que me ahogue y me cuesta. Sería estupendo un ascensor. Solo para ir a la carnicería me hacen falta diez minutos de parada”.
Nada más llegar al puerto del municipio marinero el visitante se topa con el bar Santi, otro lugar de encuentro para los vecinos. El establecimiento se encuentra en la parte de abajo de Elantxobe y desde allí se puede contemplar el desnivel que guardan sus calles. Detrás de la barra trabaja Ramón Latziondo, otro vecino en acuerdo con la idea de realizar el proyecto, ya que en su caso la movilidad en su pueblo es sinónimo de coche para subir y bajar siempre y cuando no tenga que ir al ayuntamiento. “Creo que sería algo muy bueno el ascensor. Es un proyecto que se intentó hacer anteriormente. Ayudaría también a que la gente estuviera subiendo y bajando con más asiduidad. No sé cómo lo quieren hacer pero el simple hecho de que la gente pueda moverse arriba y abajo me parece bien. La gente de más edad que vive arriba podría bajar en ascensor y no tener que andar tanto”. Las dificultades suelen llegar cuando algún vecino debe de ir hasta la casa consistorial, por ejemplo, que está en mitad del pueblo y no es posible llegar en coche. “Desde el bar y hasta el asador no se tarda mucho, harán falta unos 10 minutos, pero es un tramo duro. Yo solo subo una vez al año andando hasta arriba y me suelen hacer falta dos paradas, porque si no estas acostumbrado a andar cuesta... Pero claro, si tengo que ir al ayuntamiento no queda otra que ir andando”.
En los próximos meses se verá si la colaboración institucional pueda dar sus frutos y sea posible que Elantxobe disponga de un ascensor que haga la vida un poco más fácil a los vecinos. Su realización supondría una gran ayuda, sobre todo para las personas mayores y para aquellos que les cuesta subir las cuestas. Mientras tanto los elantxobetarras esperarán a que el plan se haga realidad.