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La Ertzaintza desaloja a los okupas de La Rabuda en Muskiz

Durante el desalojo, los agentes detuvieron a uno de los habitantes de la finca con causas pendientes

La Ertzaintza desaloja a los okupas de La Rabuda en MuskizFoto: Pablo Viñas

Muskiz - Efectivos de la Ertzainetxea de Muskiz pusieron fin en la tarde de ayer al calvario por el que han atravesado las hermanas Laiseka, Mari Carmen y María Jesús, desde que el pasado 1 de julio varias personas ocuparan de manera ilegal sus viviendas en el barrio de La Rabuda en Muskiz. Se da la circunstancia de que durante el desalojo de la finca, la Policía vasca identificó a varias personas y llevó a cabo la detención de una de ellas porque, al parecer, estaba reclamado por la autoridad judicial.

El desalojo policial, iniciado hacia las 17.40 horas, se produjo, según ha podido conocer DEIA, a instancias del Juzgado de Instrucción número 1 de Barakaldo que el pasado 24 de agosto dictó una resolución en la que se prohibía a los dos okupas identificados por las autoridades policiales -S. B. M., empadronado en la calle Llano de Barakaldo, y P. S. M., con dirección postal en la calle Artekale de Muskiz- a “acudir y entrar en la vivienda” okupada “bajo apercibimiento de incurrir en delito de desobediencia”.

El auto judicial instaba a la Ertzain-tza al acompañamiento de las propietarias de las viviendas afectadas para que verificaran la entrega posterior de la finca ocupada en el plazo más breve posible. Sin embargo, según reseñó este pasado fin de semana una de las afectadas, “parece ser que la redacción del auto no era todo lo clara que necesitaba la Ertzaintza para actuar por lo que no sabíamos muy bien cuándo se iba a resolver el desalojo”. Una diatriba que se ha resuelto con celeridad y que ayer culminó con el desalojo de los okupas, el descerrajo de las cerraduras ilegales y la instalación de nuevas; si bien, la causa aún no está cerrada. “Lo que hemos encontrado al acceder a la finca es un auténtico desastre”, señaló un portavoz de la familia.

Dos meses La ocupación de La Rabuda se produjo el pasado lunes 1 de julio, doce horas después de que las dos hermanas cambiaran las cerraduras de ambas viviendas -un bajo y un primer piso- al detectar que estas habían sido forzadas a lo largo de la tarde del domingo. Un hecho que pusieron en conocimiento de la policía a través de la correspondiente denuncia. Sin embargo, este cambio de cerraduras no disuadió a los okupas -inicialmente una pareja con varios menores- quienes el lunes ya estaban instalados en la primera planta del caserío familiar.

La sorpresa de las dos hermanas de esta familia -Mari Carmen, empadronada en la finca , y su hermana Jesusa-, que no pernoctan en el edificio aunque sí acuden a diario para la atención de un rebaño de ovejas, el cuidado de una huerta y labores del hogar, llegó el lunes por la tarde cuando al ir a entrar en la primera planta de la casa se encontraron con los okupas ya instalados. - E. Zunzunegi