Durango- Asun es una vecina de Durango aficionada a la fotografía. Ella en ningún momento imaginó que sus ganas de hacer unas buenas instantáneas desde su balcón, terminarían el viernes en un enfrentamiento con unas avispas asiáticas que invadieron las botas de monte de su hijo Aingeru. Un nido de este pequeño invasor que puso en vilo durante unas horas a esta vecina de la villa durangarra.
Treinta grados en la calle, cielos despejados, un momento perfecto para fotografiar en monte Oiz, pensó Asun. Por eso, aprovechando que estaba sola cogió la cámara y subió a la segunda planta de su duplex ubicado en el centro de Durango. Allí, en uno de los balcones, guarda en un armario el calzado de invierno de Aingeru. “Los niños no estaban en casa y salí al balcón para hacer unas fotos”, relataba. “Fue en ese momento cuando vi algo que me hacía sombra -en referencia al gran tamaño de la avispa asiática-. Observé cómo se metió en una caja de zapatos, pero en un primer momento no le di ninguna importancia. Por eso seguí sacando fotos, hasta que minutos después pude ver cómo otras tres o cuatro avispas hacían el mismo recorrido y se metían también en el mismo sitio”, recordaba ayer Asun, más tranquila. Fue entonces cuando pensó en mover un poco la caja. “Cogí la escoba y al zarandear las botas de Aingeru salieron unas quince avispas totalmente enfadadas. En ese momento fue cuando me asusté mucho y salí corriendo. ¡Qué velocidad y qué mala leche tienen!”, exclamaba. Siguiendo las instrucciones llamó a la Policía Municipal de Durango y seguidamente se activó el protocolo para estos casos. “Vinieron dos agentes y les comenté lo que me había pasado. Ellos contactaron con los bomberos y me dijeron que había que esperar hasta al anochecer para que todas las avispas estuvieran dentro del nido, con el objeto de cogerlas a todas”, recuerda. Sobre las nueve de la noche una dotación de los bomberos del parque de Iurreta acudían a la casa de Asun. “Ellos tampoco se lo podía creer. Nunca habían visto algo así”, explicaba ayer. “¡Están donde menos te puedas esperar!”, exclamaron los bomberos.
Matar a la reina Asun estuvo en todo momento muy pendiente del procedimiento llevado a cabo. “Primero mataron a la reina y después pulverizaron el veneno para que no volvieran”, explicaba la afectada. Todavía algo asustada por lo ocurrido el viernes en su casa, esta vecina se alegraba de haber podido capturar a las avispas días antes de irse de vacaciones. “Menos mal que me he dado cuenta antes de marchar unos días, si no que hubiera sido”, indicó.
Esta especie invasora está siendo el motivo de muchas de las intervenciones de los bomberos, que llevan varios años intentando contenerlas. “Mi hijo Aingeru estaba encantado de tener las avispas en sus botas, pero yo no tanto”, bromeaba Asun. “Es una especie invasora, está causando graves daños ya que matan a las abejas que realizan una función polinizadora muy importante. Es un buen momento para explicarle a tu hijo lo necesario que es capturar a estas avispas”, dijeron los bomberos.