Bilbao - Desde los espectaculares y acrobáticos saltos de Red Bull a las tradicionales traineras, el atractivo de la ría de Bilbao ha ido creciendo año tras año. Tanto es así que el año pasado se duplicaron las actividades con respecto a las realizadas en 2014. El concejal de Políticas de Sostenibilidad y Desarrollo Urbano, Ricardo Barkala, precisa que en su mayoría las actividades que se llevan a cabo tienen lugar en los pantalanes o márgenes de la ría o bien sobre algún tipo de superficie o barco -ya sean piraguas, tablas de surf, etcétera-. Concretamente, solo en un 2% las personas que han participado en algún evento se han sumergido -siempre durante menos de dos horas- en el agua de la ría. “Esto también conviene recalcarlo”, matiza el concejal.

La ría ha ido tomando protagonismo a la lo largo de los años para pasar de ser un patito feo a cisne. Primero, su proyección quedó reflejada en la transformación urbanística de la ciudad; los pisos querían mirar a la lámina del agua, y poco a poco la villa se fue dando la vuelta. Se repararon los muelles y se sanearon sus aguas. Después, el atractivo de la ría conquistó a los promotores de eventos que vieron una oportunidad para poder poner en marcha diferentes actividades de ocio en torno a la lámina de agua o sus aledaños. Pero no solo han sido eventos. El sector hostelero también ha aprovechado el tirón que ha ido tomando este espacio de la villa para dar vida a proyectos hosteleros. Recientemente se ha abierto la terraza de Olabeaga que ofrece la posibilidad de disfrutar de unas magníficas vistas sobre la ría al igual que ocurre con las que ya existen en el mercado de la Ribera.

Cada año, Barkala, concejal competente en esta materia, se encarga de comunicar a la Capitanía Marítima el listado de actividades que se realizarán a lo largo del mismo. Después, es el Ayuntamiento de Bilbao el que establece las condiciones de cada actividad así como el número de eventos que pueden coincidir en una misma fecha atendiendo al peso que soportan los muelles, por ejemplo.

Según las estadísticas de los últimos años, en 2014 hubo 91 actividades o eventos en el espacio marítimo terrestre, mientras que en 2016 se autorizaron 160, prácticamente el doble. En 2017 la cifra ha seguido creciendo y aunque los meses de verano son los más solicitados lo cierto es que hay actividad a lo largo de todo el año. “Prácticamente todos los fines de semana los bordes de la ría son escenario de algún evento”, destaca. Tanto es así que todas las partes implicadas han constituido un organismo denominado la Mesa de la Ría para, precisamente, “buscar el modelo que queremos para Bilbao sobre las actividades vinculadas a la ría”, explica Barkala. Una comisión en la que están presentes todos los organismos competentes y que busca además facilitar “una ventanilla única en el Consistorio para este tipo de solicitudes y facilitar su tramitación”.

El concejal asegura en más de una ocasión que “sobre la mesa existe ya una docena de iniciativas en torno a la ría, proyectos informales aún sin tramitarse, la mayoría de ellos -añade- ubicados en el entorno del Museo Marítimo.

Regular el tráfico La Mesa de la Ría está integrada por Capitanía Marítima, Autoridad Portuaria, Costas, URA y Ayuntamiento de Bilbao que en otros asuntos analizan también la seguridad en el tránsito de la ría porque el tráfico ha aumentado y hay días concretos que tienen una mayor problemáticas. “Hay que regular ese tráfico”, señala en más de una ocasión el concejal de Espacio Público y más de cara a la celebración de Aste Nagusia, que es cuando coinciden más eventos.

Se refiere, por ejemplo, al cruce de diversas embarcaciones particulares que quieren ver, por ejemplo, los fuegos artificiales durante la semana grande en sus barquitos. A estos se suman los propios barcos turísticos que ya operan desde hace años y que ofrecen diversas actividades. Así que estos son días en los que el tráfico de la ría es bastante concurrido.

Otro de los ejes de trabajo es el modelo de ría que quiere el Ayuntamiento y, una tercera vía es la organización de todas las administraciones para que si una persona quiere poner en marcha algún proyecto no tengan que ir de institución en institución. “Tiene que haber una coordinación”.

De enero a diciembre no hay día ni semana en la que no exista algún evento programado en la ciudad. Entre los espectáculo más llamativos celebrados en las inmediaciones del Museo Guggenheim se encuentra los saltos de los clavadistas. Tras visitar 23 países en siete años, la 50ª competición de las Red Bull Cliff Diving World Series celebró la gran final en Bilbao a finales de septiembre de 2015. Cerca de 50.000 personas se acercaron al puente de La Salve para presenciar las piruetas de los deportistas, pero fueron muchas más las que siguieron el evento y su repercusión vía Internet. Los saltos generaron tres millones de euros de impacto económico para la ciudad.

Aunque puede que haya sido el espectáculo más llamativo no ha sido el único. Actualmente por la ría se realizan pruebas de natación, cosa impensable hace no muchos años, así como otro tipo de actividades lúdicas y formas de conocer la ciudad desde otra perspectiva como son los paseos en canoas, piraguas, kayaks, paseos en paddles en barcos.

La agenda empieza en el mes de enero y la programación se cierra en diciembre. Campeonato de Euskadi de larga distancia de traineras o el descenso de traineras Memorial Jon Asieta, regata de ingenieros-Deusto, triatlon (half y olímpico), paddle surf, carrera de patos de goma, regata liga femenina de traineras, travesía La Sardina o la travesía a nado del club deportivo de Bilbao, entre otras actividades que se desarrollan en la lámina de agua a las que hay que sumar todas las que tienen lugar en los muelles. Y así hasta sumar los 160 eventos que tuvieron lugar el pasado año en un escenario, la ría, que forma parte del pasado y el presente de una ciudad que vive mirando a sus aguas.