Abadiño - Han sido seis años apartado de la competición y el abadiñarra Alain Arrizabalaga ha vuelto a subirse en su moto de agua y lo ha hecho por la puerta grande. Y es que a sus 37 años se ha adjudicado el Campeonato de Europa de Freeride. Tras superar los graves problemas de tobillo que le obligaron a dejar este deporte, Alain ha vuelto para quedarse. “El año pasado intenté volver pero el dolor no me dejó. Esta temporada mi objetivo era ver si podía aguantar el ritmo de competición y la respuesta ha sido muchísimo mejor de lo que me esperaba”, explicó satisfecho el experimentado deportista, quien reconoció que “todavía no he asimilado lo que he conseguido”.

Desde niño, Alain pasó mucho tiempo en Ondarroa, pueblo natal de su aita. Fue allí donde descubrió su pasión por el mar. Los fines de semana se convertían en el momento perfecto para disfrutar de un simple baño en la playa, un paseo en barco o adentrarse en las profundidades para realizar pesca submarina. “Mi madre, desde la mañana hasta la noche, no me veía porque estaba todo el día metido en el agua”, recuerda con cariño.

Enamorado de la velocidad, fue en 1998 cuando Alain decidió comprarse su primera moto de agua. Poco a poco fue perfeccionando la conducción y se percató de que contaba con dos de las condiciones principales para la práctica de este deporte, como son la agilidad y la valentía de no tener miedo hacerte daño. “Hay que tenerlos bien puestos para subirte encima de la moto y pegar esos saltos“, reconoció el abadiñarra, quien repasó un parte de lesiones que recogían casi todas las partes de su cuerpo.

El punto de inflexión en su forma de percibir este deporte vino tras su primera participación en una competición. Las cualidades de Alain no pasaron desapercibidas para algunas personas ligadas al Freeride, que le invitaron a participar en una de las pruebas del campeonato del mundo junior en Portugal. El abadiñarra no rechazó la oportunidad y maravilló a los presentes adjudicándose la carrera. “Ese día me vine arriba y se me despertó el interés por la competición”, reconoció.

Al primer campeonato de Europa logrado hace unas semanas, con exhibiciones en Francia y Portugal, hay que sumarle el Campeonato del Mundo cosechado en 2009 y otros dos subcampeonatos mundiales. Entre estos logros, el de esta temporada ha sido más especial ya que Alain ha superado los dolores en el ligamento de su tobillo izquierdo. “El día que volví a la competición muchos corredores se alegraron y me dieron la bienvenida. También es verdad que las cosas cambiaron cuando me vieron candidato a todo”, aseguró un tanto molesto por el comportamiento de algunos compañeros.

Sentido homenaje Al poco de convertirse en campeón de Europa, Arrizabalaga recibió una fiesta sorpresa en su Abadiño natal. Y es que numerosos amigos, familiares y personas que le han acompañado durante todos estos años, llegados incluso desde Galicia, quisieron brindarle un sentido homenaje “Estuve diez minutos llorando sin poder articular palabra. No me lo esperaba y nunca me he emocionado tanto”, agradeció al recordarlo con gran emoción.

A falta de la última prueba, que se celebrará en el mes de noviembre en Japón, Alain opta a convertirse en Campeón del Mundo y podría lograrlo en el mes de noviembre. Barajando la posibilidad de acudir, si es viable económicamente, el abadiñarra tiene claro que la temporada que viene participará en las pruebas de Francia, Inglaterra y Portugal con el propósito de revalidar el título europeo.

En lo que al cambio generacional se refiere, Arrizabalaga lo tiene en casa. Y es que su hijo Enertz, de nueve años, ya apunta maneras encima de la moto acuática. Muestra de ello, el joven participará la temporada que viene en una prueba junior de velocidad que se disputará en Madrid. “La verdad es que anda muy bien, y hay veces que tengo que frenarle”, apuntó orgulloso su aita.