Sestao - Ane Begoñe Rincón Odriozola es una joven sestaoarra nadadora de sincronizada que, a pesar de que anteayer apenas empezó a deshojar el calendario de la segunda década de su vida, ya atesora un palmarés envidiable en un deporte minoritario que apenas cuenta con cuatro equipos federados en Euskadi, lo que dificulta una proyección estatal en una disciplina acaparada por clubes de Madrid y Barcelona.
De poco sirve haber sido la primera nadadora de sincro vasca en colarse en una final estatal en la modalidad de rutinas en solo o contar con cerca de 100 medallas -la gran mayoría de oro- desde que hace 10 años se sintiera atraída por este deporte que también practica su hermana mayor, Zuriñe. “A mí en principio no me gustaba. Yo iba a ver a mi hermana, que es dos años mayor que yo, a las exhibiciones y no me gustaba nada pero justo acabó ese año y les dije a mis aitas que me quería apuntar. Supongo que me animó el hecho de que estaba mi hermana”, apunta Ane a quien su aitite le hizo expresamente un enorme cuadro estantería en el que poder mostrar de manera primorosa su colección de medallas.
Las últimas, dos oros en rutinas y figuras, logradas hace apenas diez días en el IV Campeonato Open de Rutinas de Cantabria que reunió a cerca de 200 sincronistas de 9 equipos procedentes de Asturias, Cantabria, Castilla La Mancha, Murcia y Euskadi que estuvo representada por el Club Sincro Sestao, el Club Natación Easo y el Club Meatzaldea.
Un escenario donde brilló el Club Sincro de Sestao, el más puntuado en la clasificación final de la cita cántabra. “Ya habíamos competido otras veces en esta prueba y, claro, ya sabíamos un poco por dónde iba el tema y la cosa fue muy bien la verdad”, resume como sin darle importancia esta joven que desde que se iniciara en la sincro con 9 años ha ido contando sus temporadas como alevín con los entorchados que ha ido ganando en los campeonatos de Bizkaia y de Euskadi.
“Mis compañeras a veces me dicen que ya saben que voy a ganar pero nunca se sabe. Al final todas las competiciones son diferentes y hay que saber competir”, sentencia esta joven alumna de primero del Instituto Vasco de Educación Física en el bilbaino barrio de Deusto que ayer mismo tuvo que lidiar con la siempre difícil ola de los exámenes. “Creo que me ha ido bien pero todavía me quedan unos cuantos exámenes hasta el próximo día 12”, reconoce esta joven nadadora que, al igual que su hermana mayor, compatibiliza sus propios entrenos con las clases que imparten a las niñas pequeñas del club sestaoarra fundado en 1999.
Plasticidad A sus 20 primaveras, Ane sigue entusiasmada con la plasticidad que rezuma este deporte acuático. “Al final, yo creo que la parte más artística de la sincro es lo que más me llama la atención y lo que más le gusta a los espectadores. Los saltos, la música, el poder bailar dentro del agua con esa música y disfrutarlo es lo que engancha. Además hay momentos en que estás con tus compañeras, y eso es muy bonito también porque no es que estés nadando en una piscina tu sola”, resume esta sirena que destaca la gran capacidad de sufrimiento y entrega que requiere este deporte que a ella le viene bien para “desconectar y olvidarse de las preocupaciones”. “En otros deportes como el fútbol o el baloncesto entrenas pero sabes que cada semana puedes demostrar lo que estás avanzando o aprendiendo. Aquí entrenas todo el año para competir dos veces al año en invierno y en primavera y en tres minutos tienes que demostrarlo todo”, apunta esta joven que además de las clases del IVEF se ha apuntado a un curso de entrenadora superior de sincro en Madrid.
“Está todo relacionado porque mientras pueda seguiré con la sincro y dando clases a las niñas de alevín que empiezan con 5 añitos. Para ellas es un juego y, sobretodo, cuando son tan pequeñas es cuando más aprenden y además se lo pasan muy bien con la música y el baile que a esas edades les gusta mucho, así como el color de los bañadores, que les pinten... Les encanta”, apunta. El próximo día 10 de junio, junto con sus compañeras del Sincro Sestao -a día de hoy son más de 40 nadadoras de entre 5 y 22 años- estarán en las piscinas asturianas de Avilés para seguir causando sensación con sus figuras y sus rutinas.