UNO de los términos que está más de moda en los tiempos que corren es show-room. Quien lo escucha imagina inmediatamente maniquíes vestidos con conjuntos imposibles, estilizadas modelos de la talla 36 y fotógrafos barbudos con gafas de pasta.

Pero en la villa de Don Diego podemos disfrutar un show-room muy distinto. Gatza ta Piperra, con Juan Antonio Bilbao a la cabeza, organizó uno ayer en el Hotel Domine. Fue divino en todos los sentidos.

Divino porque era uno y trino. Compartieron espacio tres encuentros profesionales: Enolia, dedicado al vino y aceite de oliva extra; Grain Bilbao, orientado a la cerveza y destilados, y Lurra Tastit, centrado en los productos de calidad diferenciada. El edén de cualquiera que quiera sentirse como en el cielo.

Divino porque estaba lleno de apóstoles de la excelencia para quienes la calidad del producto es evangelio. Se entiende escuchando al errenterriarra Pablo Olañeta explicando los secretos de su cerveza artesana a los hosteleros Jon Navarro, Andoni Miguel y Óscar Gómez. O viendo el mimo con el que la ganadera arratiarra Sandra Lejarza mostraba sus hamburguesas de Kilómetro Cero. O bien observando a José Fernando Lapazaran ordenando las botellas de su txakoli. O a Juan Mari Eguren desgranando las virtudes de los caldos Ramón Bilbao.

Divino porque había quienes hacen milagros. Por ejemplo, Luis de Sande y Pablo Urbano, de Auara, marca de agua que destina sus beneficios a cavar pozos en Camboya, Benín, Congo o Camerún. Isidro Elezgarai, de Unicef, y el gastrónomo Gerardo Maza les felicitaron vivamente por la iniciativa.

Y divino porque los profesionales y visitantes estaban en el paraíso. Como Asier Dañobeitia, del Atarrabi; José Luis Simón, de bodegas Neo, y Roberto Ortiz de Pinedo, de Casa Primicia. Así como Tomás Muniozguren e Iñaki San Juan.

Roberto Ibarretxe acudió tocado con uno de sus treinta sombreros y luciendo uno de su centenar de fulares. Asistieron las diseñadoras de vajilla especial Emilia Terry y Ana Roquero, los expertos imobiliarios del sector terciario Jon Andoni Mejías, Pablo Gulías y José Antonio Álvarez; Pablo Ranilla, de Martue; los hosteleros Carlos Santamaría y Gloria Ibarretxe, del Tximentxe; el vinatero Luis María García, Ana López de Lerena, de Heineken; Itxaso Río y José Luis García Caro, de Fuensanta; Iván Bombín y Sergio Sanz, bodegueros de Milagros; Adriana Sánchez, con los vermús reserva de Martini; el barman José Luis Martínez, el productor catalán de vinos Javier Domenech, Florentino Martínez y Carlos Yécora, de Luberri; Eugenio Bayón, de Hermanos Sastre, e Isabel Viñas, de Uriondo Txakolina, entre otros.

Gentes que son la sal de la tierra. Y que nos hacen sentir bienaventurados.