Erandio - Resulta que un erandiotarra, Lope, viajó con Colón y, por lo tanto, fue el primer vecino de este municipio en pisar América. Tripulante de la Santa María, fue uno de los que se quedó en el fuerte de Navidad, donde murió, ya que este campamento fue arrasado en 1943. También sucede que otro erandiotarra, Ignacio Olavarría, fue uno de los pioneros del cine en Euskadi: él escribió, produjo y dirigió la primera película vasca de ficción: Un drama en Bilbao (1924), popularmente conocida como El crimen de Castrejana, porque posiblemente se basó en el asesinato de Mateo Unamúnzaga, un político de la Liga Monárquica. Estas y muchas otras pinceladas de la historia en blanco y negro de Erandio reviven en la era tecnológica y multicolor, a golpe de teclas de ordenador, en el blog de Jorge González.
“Tenemos un gran patrimonio histórico”, asevera este vecino de Astrabudua, que lamenta que todas esas páginas pretéritas de Erandio estén demasiado escondidas. “Es un pueblo con mucha historia y al no ser conscientes de ello, lo peor, es que se han perdido cosas. Por ejemplo, mucho patrimonio industrial, histórico... hay ermitas que ya no existen, ha llegado a haber cuatro casas torre y solo queda una más o menos bien, caseríos del siglo XVI y XVII que se han ido derrumbando y no se han hecho estudios...”, resume este licenciado en Historia. Porque él siempre ha tenido muy presente el pasado. “Desde el colegio ya sabía que quería hacer esa carrera”, sostiene Jorge. Una inquietud por el ayer que a día de hoy se traduce en “afición”, puesto que no ha podido dedicarse profesionalmente a ella. De ahí, la pasión volcada en el blog Historias de Erandio. “Surgió como un hobby en 2014. Desde entonces, voy contando cosas, leyendo por aquí y por allá... El blog es una oportunidad para desvelar historias que la gente no sabe. Cada vez ha tenido más visitas y ya son más de 35.000”, cuenta Jorge.
Así, esta bitácora de aires añejos recoge hechos de los barrios, de distintas épocas, temáticas diversas... “Suelo leer mucho y hay veces que me encuentro con un tema y voy tirando del hilo. Hay otras que sí digo: Venga, me apetece hablar sobre esto, y ya enfoco todo ahí. Pero normalmente son cosas que me voy encontrando”, explica este erandiotarra. Pistas que puede localizar hasta en lugares como un cementerio. “Una vez me encontré una placa de unos náufragos de Erandio. Habían ido a las fiestas de Barakaldo y se había hundido el barco. A mí no me sonaba la historia y me puse a investigar”, admite. Pero no siempre es fácil dar con la documentación. “Hay muy pocos libros que se hayan escrito de una manera seria de Erandio. Cuesta encontrar temas a veces, y luego hay otros que tienen mucho calado y que requerirían una investigación profunda. Por ejemplo, en Leioa se hizo un estudio sobre la Guerra Civil; aquí no se ha hecho nada sobre eso y la República. Se sabe que hubo exiliados, que muchos niños se fueron en barcos, también bombardeos, por lo menos cinco, que yo sepa. En el antiguo ayuntamiento de Erandio, todavía se ven restos de metralla porque cayó un obús”, traslada Jorge.
Contiendas Otra huella bélica en la localidad que le suscita interés es la marcada por las guerras carlistas. “Escribí un libro sobre ellas y una de las batallas más importantes de la primera Guerra Carlista fue en Lutxana, a la que Benito Pérez Galdós le dedicó un capítulo de los Episodios Nacionales. Sí sabíamos que era la Batalla de Lutxana, pero no qué pasó, por qué entran por ahí...”, considera Jorge.
Y si hay acontecimientos que han escrito y condicionado la vida del municipio esos son los industriales. “Las empresas nacen a finales del XIX y con ellas llega mucha gente emigrante, incluso ingleses y franceses, que tenían su propio casino en Erandio, también había una iglesia protestante. De hecho, una de las causas por las que se empieza a hacer culto en Altzaga es porque anteriormente había una iglesia protestante. ¡Los primeros chubasqueros los trajeron los ingleses a Erandio!”, exclama Jorge, que también desvela otro dato llamativo: “Uno de los primeros prototipos de coche eléctrico del mundo se hizo en Erandio, en la antigua Westinghouse”, apunta este narrador de la historia de Erandio.