EL humor, servido en píldoras o en jarabe, hecho pomada o bebido a chorros, contiene el ingrediente secreto que tanto anhela la calle: una fórmula mágica contra la epidemia de días grises que se extiende como el sarampión, de forma virulenta. Es por ello que ha de celebrarse esa inyección de gracias directa al corazón en tiempos de Carnaval como los que vivimos. ¿Cómo hacer frente a ese negro ejército de malas noticias que nos acecha?, se preguntarán los pájaros de mal agüero, que tanto merodean a nuestro alrededor. Para empezar, con la intención de reírse. De la vida y con la vida, pero reírse. No hay pena que no cure la risa.

Ese aire de felicidad es el que reinó ayer en el Café Iruña cuando Farolín y Zarambolas del pasado año, Ane Zabala y Galder Pérez, entregaron el testigo de su jocoso reinado, simbolizado en un antifaz, a Lorea Argarate y Eva Gutiérrez, las Tea Party DJ’s, y a Jon de Miguel, el tremebundo tasquero de Taberna Plaza Nueva. Jon tiene colocado ya en el dintel de su establecimiento un cartel cuya leyenda para estos días reza un mensaje esclarecedor: Aquí vive Zarambolas. Sin darle más vueltas. Viéndoles todos juntos a uno le vino la imagen: los cinco magníficos contra los cinco jinetes del Apocalipsis.

Redondeó ese retablo de las maravillas la aparición en escena de José Mari Amantes y Luis Ángel Castresana entregándoles a Amaia e Iñaki Uranga la distinción que les acredita como autores de la txirenada del año de la mano de El Consorcio: coronarse con el Grammy latino. Uno de los nuestros (un grupo, quiero decir...) en una de las alfombras rojas internacionales... ¡La repanocha!

Todo sucedió ayer en la tarde, mientras el Athletic hincaba la rodilla en Nicosia (ven lo que les decía: un nuevo día gris...) sin gracia alguna. A medida que llegaban las noticias de Chipre se diría que el personal se agarraba con más fuerza a esa tabla de náufrago. “¡Venga una cervecita mas!”, decían. Testigos de todo ello fueron Alberto Ruiz de Azua, K-Toño Frade, Gontzal Azkoitia, el txistulari Mikel Bilbao, José Antonio Vizcaya, embajador de Los Cinco Bilbainos; Pascual Molongua, quien ya hace las maletas para viajar unos días a su tierra natal, Guinea Ecuatorial, “con la intención de hacer negocios de blanco...”; Marino Montero, la actriz Nati Ortiz de Zarate, Delia García de Andoain, Patxi Carrocera, Alfonso Vallejo, Jon Rivas, Arrate Zubia, Pili de Miguel, Noemi López, Julia Diéguez, tocada con unas orejitas de conejo; Idoia Basterretxea, Elixabete Bernardo, Nieves Callejo, Andoni Uribe, Arturo Trueba, Elena Marsal, Aitor Eizagirre, Matxalen Pastor, Iñaki Alonso, Nieves García y una legión de amigos y amigas que vieron cómo en el pilar de los méritos se grababan, en bronce dorado, los nombres de los últimos elegidos. Hoy serán juzgados.