Ha costado, pero Cruz Roja ha conseguido que la sociedad conozca que son mucho más que ambulancias en eventos deportivos o culturales. En Arratia también han conseguido que, después de muchos años, “se nos vea como a una asociación que ayuda a las personas que lo necesitan”, explica Juan Mari Aizarna, presidente y voluntario de Cruz Roja Arratia.

En la actualidad la asamblea de Arratia ha realizado una ampliación importante de su local, algo que va a ser clave para poder poner en marcha ciertos programas. El duro trabajo que llevan a cabo sus miembros y, “sobre todo los voluntarios”, ha hecho que ahora mismo Cruz Roja Arratia sea un referente en proyectos de inclusión social, teniendo incluso “algunos programas exclusivos de esta asamblea”, indica Idoia Zuloaga, Técnico de Intervención Social. Pero el camino ha sido muy complicado.

Fue en 1972 cuando comenzó su andadura con socorros y emergencias. La mili era entonces obligatoria, y la posibilidad de hacerse objetores hizo que muchos jóvenes prestaran servicio en la organización. Pero cuando desapareció la obligatoriedad, “sufrimos un bajón de voluntarios que nos dejó con lo justo, sólo estábamos seis personas”, comenta Aizarna. Fue en 2013 cuando intentaron darle una vuelta e introdujeron la que ahora es la labor más importante de Cruz Roja en el valle, la inclusión social y sus programas. Se probó con el proyecto Éxito Escolar, dirigido a niños y niñas con problemas o dificultades para hacer los deberes, por ejemplo. “Se enseñan valores, hábitos de higiene, se les ayuda con varias tareas”, explica Zuloaga. En Arratia “resultó muy positivo por el euskera”, ya que muchos padres llegados de fuera “no sabían, y había niños que en matemáticas eran unas máquinas pero de euskera no tenían ni idea”. Resultó muy positivo en la integración y en lo referente al aspecto académico.

Dado el resultado, ese mismo año se contrató a un técnico de intervención social. Actualmente la asamblea de Arratia la componen Aizarna, Zuloaga, una persona que se encarga del Transporte Adaptado y 32 voluntarios activos, más algunos esporádicos. Además, tres personas trabajan durante seis meses con ellos, gracias a un programa de Lanbide.

Proyectos estrella A nivel de Bizkaia, Cruz Roja tiene en marcha en cada una de sus asambleas muchos proyectos sociales. Pero cada una de ellas puede también comenzar programas específicos o exclusivos. En este caso, Cruz Roja Arratia es una de esas que lleva a cabo acciones pensadas por ellos mismos o también, ha adaptado alguno de los programas que se hacen en todas las asambleas. En este sentido, uno de los programas estrella es Alkarregaz. Este va a ser el tercer año que lo hacen. Se da la circunstancia de que en Arratia hay siete escuelas, pero instituto con bachillerato sólo hay en Igorre. Los jóvenes pasan entonces de escuelas pequeñas y con pocos alumnos a una clase grande y es un salto importante. “La idea es hacerles ese cambio lo más sencillo posible”. Por eso, desde enero hasta mayo, tanto en el propio instituto como en diversas excursiones, hacen noche a modo de campamento para que “los chicos y chicas se conozcan antes de entrar al instituto”. Es un proyecto específico y que ha tenido una gran acogida. Otro programa muy importante es el que llevan a cabo con mujeres inmigrantes. “Además de enseñar castellano, vimos que teníamos que ir mas allá e intentar que consiguiesen un trabajo”. Por eso, se les enseñó a cocinar platos de aquí, a cómo limpiar una vivienda, etc. “Muchas venían de zonas rurales y vimos que era una salida trabajar en casas”. Más adelante se les enseñó a utilizar internet, y ya son tres las que han encontrado trabajo. “Creemos que es importante que puedan salir de ese bucle de ayudas sociales”, explican. También con estas mismas mujeres, vamos a crear este año el Té de las Madres. “Aquí en el nuevo local se colocará como una sala de estar para juntar a mujeres extranjeras y a mujeres de Arratia. Que hablen, que se cuenten cosas, que compartan un espacio...”.

Asimismo tiene varios proyectos para los mayores, como una atención telefónica personalizada con la que les ayudan a hacer trámites o simplemente les escuchan. Otros programa son las salidas al monte que tiene “mucho éxito”, el acompañamiento en residencias y los que más gustan a los mayores, los de formación. “El que más triunfa es el de los móviles”. Otra parte importante es la de ayudas a las familias. Alimentos, kits para bebés, pequeñas ayudas económicas, etc.