EL mundo del deporte ha estado dominado en su mayoría por los hombres y las alternativas femeninas han sido contadas. Una de esas honrosas excepciones se encuentra en el club de balonmano Urdaibai Eskubaloi Taldea. Creado en el año 1998, fue fruto de la unión de dos agrupaciones de la comarca de Busturialdea que venían funcionando desde la década de los 80: Bermeo Eskubaloi Taldea y Mundaka Eskubaloi Taldea, con el establecimiento de su sede social en Bermeo y la oficina operativa en Mundaka. Actualmente el club cuenta con 24 equipos repartidos entre trece equipos femeninos, seis masculinos y cinco equipos benjamines mixtos, con una base de más de 250 jugadores.

Al contrario de lo que ocurre en muchos clubes, en este caso, primero se fundó como equipo femenino y luego se incorporó la sección masculina, algo poco habitual. No fue hasta el año 2006 cuando empezaron a jugar también los hombres, con gente proveniente de otras disciplinas deportivas y que nunca había practicado el balonmano. Desde entonces, gracias a la labor desempeñada por los distintos estamentos del club, el balonmano es un deporte al alza en la comarca, con un incremento considerable de deportistas los últimos cinco años. Aun así, no olvidan sus inicios con pocos recursos, donde solo había un equipo por categoría y no como ahora que llegan a tener hasta cuatro en alguna de ellas.

Este año Urdaibai ha dado comienzo a un nuevo proyecto que supone dar un paso adelante y que servirá para asentar al club de cara al futuro. Un plan en el que tienen cabida todos los ámbitos que conforman la asociación deportiva, desde jugadores, entrenadores o coordinador deportivo, pasando por la directiva, los padres y hasta exjugadores. “Queremos crear una nueva organización de carácter más profesional porque vemos que cada año hay más equipos y el trabajo se acumula” apuntan los responsables de la entidad. Mediante reuniones en el que los participantes mostraban su punto de vista acerca de lo bueno y la malo del club, han logrado sacar “una filosofía, el modo en que queremos ser y como queremos que nos vean fuera de nuestro ámbito”. Un club, en definitiva, que forme personas más que deportistas de elite.

“El proyecto es un salto de calidad para el club con la experiencia que hemos tenido los años anteriores, donde cada etapa busca unos objetivos, con determinados sistemas de juego y con un tipo de jugador” destacan. Las diferentes etapas marcarán a partir de ahora los objetivos en cada categoría. En la etapa escolar el resultado será lo de menos, por lo que intentarán cuidar que los jóvenes se lo pasen bien, que tengan una primera toma de contacto con el balonmano, los valores del deporte, el respeto al contrario y a los compañeros, un poco la iniciación al mundo del deporte. En la etapa infantil y cadete, es la edad en la que pasan de jugar con cinco efectivos a siete. En esta etapa se iniciará la formación de jugadores para el futuro, sin seguir buscando un resultado inmediato. Y ya en la etapa juvenil y senior entrarán en juego los resultados. “Preferimos tener mucha base para que en un futuro tengamos gente que puedan formar equipos competitivos”.