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Entre cámaras y baquetas

Iker Maguregi ha ganado, junto a Andrea Martínez, el concurso de cortometrajes Getxo Exprés Batería del grupo Guda Dantza, es uno de los impulsores de un estudio de cine y televisión llamado Lapatx

Entre cámaras y baquetasM.Hernández

Getxo - El sonido de las baquetas de la batería: un, dos, tres y... que marcan el despertar de una canción también dan inicio a los pasos de Iker Maguregi. Al igual que podría hacerlo la misma sucesión numérica, con una palabra más: un, dos, tres... ¡acción! El talento de este joven getxotarra tiene vertiente musical y cinematográfica. Y parece que esta última versión de sí mismo gana un poco más de peso, ya que es estudiante de tercero de Comunicación Audiovisual en la UPV/EHU. Iker es el batería del grupo de música Guda Dantza -que se posiciona en el mercado con dos discos- y, además, es uno de los tres fundadores de un pequeño estudio de cine y televisión llamado Lapatx. Él y una de sus compañeras en esta productora, Andrea Martínez, han sido los ganadores, gracias a su llamativa obra No hay tiempo, de la primera edición del concurso de cortometrajes Getxo Exprés -bautizado así porque hay que realizar los trabajos en menos de 48 horas-.

“El tiempo, tal y como lo conocemos, no es más que un concepto inventado por el ser humano en su afán de explicar y controlar todo lo que le rodea... ¿De qué le sirve el tiempo a un pescador en alta mar? Es paciente, no le importan las horas, solo hay un tiempo que le preocupa: el atmosférico. Una pareja enamorada puede pasar horas mirándose sin cruzar una palabra, disfrutando del silencio, sin darse cuenta de que la noche se les ha echado encima. Y ¿qué hay de los animales? No saben lo que es un reloj”. Estas son algunas de las sugerentes frases que se pueden escuchar en el proyecto audiovisual de Lapatx que conquistó al jurado del certamen getxotarra. Todas ellas llevan la firma de Iker, autor del guion del corto. “Decidimos tomarnos el primer día, cuando nos dieron el tema, que precisamente era No hay tiempo, para pensar e intentar hacer una interpretación diferente. No empezar a grabar de la misma. Al día siguiente nos levantamos pronto y nos pusimos a grabar, con un orden, para aprovechar las localizaciones y el tiempo. Pero no tuvimos prisa. Porque solo eran imágenes, voz en off y música”, repasa Iker. “Intentamos pensar qué harían los demás, para no hacer lo mismo”, agrega Andrea. Y, desde luego, la estrategia les funcionó porque el resultado no deja indiferente. Y bajo esta misma filosofía han preparado también su siguiente corto exprés, en esta ocasión para el festival de fotogramas sociales Invisibles. “Este año el tema es anticliché. También hemos intentado hacer algo diferente y nos hemos basado en el juego para niños de las siete familias: la familia bantú, la familia esquimal... Hay que juntar las siete familias, que están compuestas por hijo, hija, padre, madre, abuelo y abuela. Hacemos una crítica a lo que pretenden inculcar con eso”, comentan Iker y Andrea.

Y es que la mejor manera para sacar la cabeza en un universo tan complejo como el audiovisual es que la cámara hable por ti. De ahí que Iker y sus compañeros crearan Lapatx -que aún tiene un corto metraje, porque nació el pasado año- y dieran así salida a todos los trabajos que sus creativas mentes configuran. “Es una pequeña productora en la que se enmarcan nuestros proyectos e ideas. La hicimos, sobre todo, para coger experiencia. El año pasado hicimos algún vídeo, pero este año hemos grabado más. Hay muchos concursos e intentamos participar en los máximos posibles”, expone Andrea. “Nosotros planteamos Lapatx como un portfolio, para tener ahí nuestros proyectos, porque terminar la carrera tampoco te vale de mucho en esta industria, queremos disponer de material que mostrar y decir: Esto es lo que he hecho”, profundiza Iker.

Letras El joven getxotarra se encuentra más cómodo entre líneas, creando historias, evocando sentimientos e inyectando reacciones. “También me gusta la edición, pero me tira bastante escribir”, admite. Es por ello que este tercer año de Comunicación Audiovisual le está resultando más reconfortante tras dos cursos “comunes con Publicidad y Periodismo”. “En Mondragón se hacen cosas más prácticas de editar y montar y aquí, en Leioa, se presta más atención a la idea, a comunicar, está más pensado para guionistas y esto es lo que me gusta”, explica.

Las letras también se cruzan en el otro camino de Iker, en el que predominan las notas musicales, puesto que él ha escrito alguna de las canciones de Guda Dan-tza y le echa una mano a Alain Beraza, el principal compositor y cantante del grupo. Se trata de una banda compuesta por seis chicos de Algorta y Leioa. Su estilo ecléctico funde los márgenes del ska-reggae con la música negra, y ello ha llevado al sexteto a ganar diferentes premios de ámbito local -como el del reconocimiento Leioako Udala del concurso municipal de pop-rock del pasado año- desde que en 2012 empezara su recorrido entre acordes y estrofas, del que forma parte Iker, un chico de cine y música.