Abanto-Zierbena - El gallartino Santiago Antón Arranz cumplía este pasado lunes 87 años de edad. “Yo nací cuando todavía reinaba el rey Alfonso XIII”, relata este afable longevo, menudo de estatura pero de enorme corazón, que tiene una vida plena marcada por su pasión por la música, su Gallarta natal, su familia y el Athletic, por el que no dudaba en acudir a San Mamés con apenas 12 años incluso a espaldas de su familia. “Íbamos un amigo y yo andando hasta Portugalete para coger el tranvía hasta Bilbao. Íbamos a San Mamés los días que jugaba a primera hora de la tarde y luego volvíamos a Gallarta sin que nadie supiera nada”, relata este auténtico perejil de todas las salsas culturales y deportivas de su localidad natal.
Banda de música de Gallarta, banda Los despistados, banda La Lira, Museo Minero, fanfarre Aldatz Gora o el C.D. Gallarta son algunos de los referentes del municipio en los que ha quedado perenne la huella de este minero que empezó a trabajar en Gallarta con 15 años con el carrero Román Goikoetxea. “Yo entré haciendo y arreglando carros y camas de camiones”, recuerda este virtuoso del txistu que luego se animó a tocar el saxofón.
“Mi pasión siempre ha sido la música”, apunta Antón Arranz quien supo trasmitir su cariño por los acordes a los dos hijos -Santiago y Maribel- nacidos de su matrimonio con Clotilde Santirso Yunquera, una abantoarra del barrio de El Campillo “que era más gallartina todavía que mi padre”, asegura su hija Maribel quien ha puesto en macha en Internet una página en Facebook -El cajón de los recuerdos- para divulgar el enorme bagaje documental que sus padres han ido atesorando con los años y que es consulta obligada para cualquiera que quiera conocer la historia de Gallarta y Abanto-Zierbena.
“Siempre hemos procurado guardar todo aquello que caía en nuestras manos relacionado con Gallarta y con Abanto-Zierbena”, reseña este hombre que se jubiló como trabajador de mantenimiento en las canteras bilbainas de El Peñascal y que atesora una ingente cantidad de documentos y objetos. “Mis padres reunieron programas de fiestas desde 1936 y pañuelos de fiestas desde la primera edición”, señala Maribel quien reconoce que en la web “aún no he acabado de colgar ni la primera caja de documentos que han ido guardando en estos años”.
No es extraño que detrás de los libros que se han escrito en los últimos años sobre algunos aspectos de Gallarta, la fuente documental sea el archivo personal de la familia Antón Santirso.
Músico Entre este fondo documental que incluye por ejemplo unas detalladas actas de las primeras 16 temporadas del C.D. Gallarta, uno de los elementos más destacables es la gran cantidad de partituras que elaboró este músico apasionado a lo largo de los años para la fanfarre Aldatz Gora desde los tiempos en los que era director Kerman Larruskain.
“A mí me pasaban una cassette con la música que querían interpretar y yo creaba y adaptaba aquella música a unas partituras que aún hoy se utilizan en algunas fanfarres”, reconoce este músico que ingresó con 14 años en la Banda de Música de Gallarta tras cuya disolución pasó a formar parte de la Banda Municipal de Portugalete y más tarde de la fanfarre Aldatz Gora en la que fue profesor y donde permaneció en activo hasta que cumplió los 80 años. Aún hoy no esconde su anhelo por que la fanfarre que llevó el nombre de Gallarta por Europa pueda resurgir para seguir animando las calles de su querido pueblo.
“Yo ya no estoy para salir a tocar por la calle pero ya echaría una mano copiando partituras”, apunta este hombre sencillo que junto a Carmelo Uriarte y otros cuantos colaboradores formaron parte del embrión de lo que hoy es el Museo de la Minería del País Vasco. “Eso mi madre lo llevaba muy mal porque corrían muchos riesgos para recuperar materiales”, señala Maribel mientras su padre se encoge de hombros. “Había que hacerlo”, resume este voluntarioso octogenario nacido en la casa Garai de la desaparecida Gallarta y cuyo amor por su pueblo creó un gran cajón para el recuerdo.