Bilbao - Las largas colas durante el primer día de venta de entradas para las Corridas Generales de Aste Nagusia fueron una quimera. La plaza de toros de Vista Alegre ha perdido alrededor de 12.000 espectadores durante las nueve jornadas de la feria, lo que ha provocado un debacle en el seno de la junta administrativa. La escasa asistencia pone de manifiesto la reducción de aficionados, quienes, además, critican la gestión del coso.
Con una venta aproximada de 66.000 localidades en total, si se hace una media de todas las jornadas, la plaza de toros que tiene una capacidad para 14.781 espectadores, no ha llegado ni a la mitad de su ocupación. Datos más acertados exponen que mientras el martes y el miércoles -los días más demandados por los aficionados- el ruedo estuvo prácticamente lleno, el resto de días la apariencia del coso fue fantasmagórica.
Aún sin cifras concluyentes sobre los beneficios aportados por las Corridas Generales, lo que parece claro es que la plaza de toros de Vista Alegre enlazará pérdidas por tercer año consecutivo, después de que el año pasado arrojara una deuda de 153.346 euros, multiplicando por diez la suma de 2014. Cabe recordar que las ganancias obtenidas durante las nueve jornadas de lidia son la principal fuente de ingresos del coso bilbaino, ya que debe costear los gastos de mantenimiento durante el resto del año con dichos dividendos.
Por esa razón, precisamente, la junta administrativa se encuentra inmersa en un debate para tratar de buscar usos alternativos al ruedo a través de promotores externos. La pérdida de adeptos a las corridas, sin embargo, obligará a una reflexión más allá de la simple gestión, ya que la renovación de la fiesta taurina parece imprescindible.
Javier Aresti, presidente de la Comisión Taurina de la junta administrativa, afirma “lamentar profundamente” el descenso de espectadores. “Se ha hecho todo lo posible para que el público asistiera, en un futuro se procurará hacer una gestión comercial más adecuada para resolver este problema”, considera. A pesar de ello, Aresti opina que “ha habido buenas faenas y ganaderías” y que, además, “ha habido cuatro salidas a hombros, cosa que no ocurría hace años”. Respecto a la indignación de los asistentes en relación a la controvertida baja de Roca Rey, que no fue repuesto el viernes 26 de agosto, señaló que han “resuelto los problemas de la mejor forma posible”.
Entre las voces más críticas con la gestión del coso bilbaino está la de Antonio Fernández Casado, presidente del Club Cocherito. “La junta no reacciona, es más de lo mismo, desde 2011 se han perdido 35.000 espectadores”, considera el máximo exponente de la asociación taurina, quien afirma que es preocupante la pérdida de entre casi 5.000 abonos en los últimos años. Entre las medidas para reconquistar al público, Fernández Casado destaca la importancia de “recuperar el espíritu de la plaza torista” así como una “renovación en profundidad de los miembros de la junta administrativa”. En ese sentido, apela a la responsabilidad del Ayuntamiento de Bilbao, propietario en un 50% de Vista Alegre.
Precisamente, el grupo municipal EH Bildu lamentó ayer que el Ayuntamiento siga “impulsando la celebración de corridas de toros en infraestructuras municipales”. “La realidad de los toros en Bilbao es que la mayoría de la ciudadanía no los quiere y la imagen de apenas un tercio de entrada durante más de la mitad de los días es elocuente”, expuso ayer Alba Fatuarte, edil abertzale. En la misma línea, desde Goazen Bilbao, se alegraron de que eventos “salvajes” tengan “cada vez menos personas adeptas”.