Getxo - Getxo cuenta con sus particulares ninots. El asunto no guarda relación con las fallas o los petardos. Con el ruido o con Valencia. El tema va por que el municipio vizcaino también tiene una fiesta, que es multitudinaria, y en la que muñecos o ítems semejantes salen a la palestra con un perfil crítico o burlesco y con ganas de pegarle un mordisco a la actualidad. En este caso, las figuras van sobre paelleras y acompañadas de miles de granos de arroz amarillo y con trozos de pollo, con verduras o con marisco... Y es que dentro de las más de cien paellas que se presentan al concurso internacional de Aixerrota, siempre hay alguna que está salpimentada con dosis de ironía y actualidad. Y este año, entre las 115 participantes al certamen, se encontraba una que había recreado un circo y contenía cuatro fotos: las de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. The amazing democracy flying circus (el sorprendente circo volador de la democracia) rezaba el cartel de esta sarcástica paella. Los políticos y la rocambolesca situación para formar gobierno en España no podían faltar en esta cita en la que el punto del arroz se mezcla con el punto ingenioso. Tampoco fallaron los miles y miles de personas que cada edición acuden a las campas getxotarras en esta fiesta que es más que gastronómica. Aixerrota volvió a congregar a más de 30.000 comensales a su mesa en el concurso de las paellas artísticas.

Así, una vez más, este evento fue un peculiar escaparate de actualidad. En los últimos tiempos, estas paellas que se comen por los ojos han tenido como acompañantes a Marcelo Bielsa, en alusión a la mágica temporada del Athletic que le colocó en dos finales (2011-2012), al Puente Colgante, en su 120 aniversario en 2013 o a los Minions, por el estreno de su nueva película el pasado año. Este año los políticos han puesto ese toque menos dulce en la fiesta de Algorta... Y otros de los concursantes que tiraron de actualidad para decorar su plato fueron los que utilizaron al txantxangorri, el símbolo unificado del euskera. Luego, como es habitual, los ojos curiosos pudieron observar adornos clásicos, como los que reproducen el Molino de Aixerrota, San Mamés, la estación del metro de Neguri... “Hay verdaderas obras de arte. Algunas son muy bonitas”, comentaba Isabel, que desde hace unos años acude siempre como espectadora a la presentación de las paellas ante los tres jueces, que tiene lugar entre las 13.30 y las 14.30 horas. Los aderezos con sandia, melón, piña, gambas, langostinos y mejillones también son tradicionales en el menú de Aixerrota que se sirve en torno al 25 de julio.

Pero en esta edición número 61 hubo también algunas aportaciones nuevas: como el avión elaborado con barras de pan -con motores incluidos-, los dantzaris dispuestos a empezar la zinta dantza, la iglesia de Andra Mari, la cruz del Gorbea o un Molino de Aixerrota, pero de chocolate blanco, en esta ocasión frente a las lentejas o granos de arroz de otras veces. Y entre este carrusel de colores, entre esta carta de arroces multidisciplinares, entre los ingredientes más dispares, hubo un sabor campeón. El arroz que se proclamó ganador del concurso fue el preparado por la cuadrilla Hamahiru. Los dos platos para conformar el tridente vencedor de 2016 fueron los que llevaron la firma de Malakate Taldea (segunda posición) y Jose’s Taldea (tercer puesto). Estos dos son el perejil en la salsa de la fiesta de Aixerrota. Son dos grupos de los fijos en el podio triunfal. La cuadrilla de Malakate, realmente una de las más famosas por sus grandes obras de arte con granos de arroz, se felicitaba ayer de tener entre sus miembros a la persona a la que se le ocurren buenas ideas “mientras los demás nos dedicamos a la infraestructura”.

Además, la organización, a cargo de Itxas Argia Taldea, entregó más de sesenta trofeos. Porque la originalidad con los granos de arroz se merece premio en Getxo.

Sobre todo, el sabor Eso sí, pese a que Aixerrota es un certamen que conquista por los ojos, lo importante está en el interior, o más bien, en el sabor. Porque que la paella sea rica, rica y que el arroz esté en su cocción precisa es fundamental en este concurso. En este sentido, los jueces valoran el punto del arroz de 1 a 20; el sabor también se puntúa de 1 a 20; y la decoración, de 1 a 10. Y, dentro de esta apartado, los jueces -Javi y Juanjo Vega y Juan Carlos de Miguel, que son los afortunados que pueden probar todas las paellas- tienen más en cuenta que los adornos sean comestibles en lugar de figuras hechas con cartón, papel u otros materiales. “Todos los años hay buen nivel con las paellas que se presentan”, aseguraba Juanjo Vega, en plena acción.

Fueron 115 los platos que se atrevieron a pasar por el paladar de los jueces, pero muchísimos más los que se cocinaron en el día de ayer en las campas que miran al mar. En la zona oficial, los responsables de este evento colocaron 390 toldos y a todos ellos hay que sumar la cantidad de personas que se asientan en el Bronx y que también se animan con los granos arroz que se vuelven amarillos. Porque, sobre todo, Paellas es un acto social. “La filosofía de este día es que cada uno prepara su paella, pero igual terminas comiendo la que ha hecho la txosna de la otra punta”, afirma Naiara. Una muestra de que en esta cita lo que prima es la relación entre unos y otros y también, el encuentro entre los propios amigos que durante el año están más desperdigados. “Es un día muy especial en el que la cuadrilla se junta siempre. Empiezas de soltero, luego con pareja y luego ya se van juntando los niños”, comentan en la cuadrilla Ipurdis.

El concurso se completó con un alarde de danzas al mediodía y con una romería a partir de las 18.30 horas. Luego, cada txosna aguantó lo que aguantó su cuerpo. Y todo ello con la vigilancia del dispositivo especial para esta celebración que organiza la Policía Local y con los servicios sanitarios desplazados a Aixerrota .