TODO comenzó en el hoy ya lejano 1991, cuando la empresa Ansareo Equipos de Bombeo, S.L. gateaba para ponerse pronto en pie y dedicarse, desde sus inicios, a la venta, instalación, mantenimiento, reparación y alquiler de equipos de presión, de bombeo y contraincendios. En estos tiempos oscuros, cuando la noche cae sobre tantas y tantas empresas, es hermoso ver esa luz que emerge del faro de la resistencia. Quiere decirse que una empresa capaz de mantenerse en pie en el puesto de mando 25 años después de su creación, con tantos vientos de cola como tempestades que habrán vivido en este tiempo, tiene un aquel. Al menos el aquel de la dignidad.
Más allá del rifirrafe vivido ayer en la puerta grande por un mal entendido entre la gestora de Meaztegi Golf y un grupo de abonados, la historia que hoy vengo a contarles se escribe sobre los renglones de la ilusión, el trabajo y el esfuerzo, tal y como lo explicaba ayer mismo Azucena Ansareo ante las decenas de asistentes al encuentro, casi diría que sentimental. Al menos esa impresión dio cuando Santiago Ansareo padre bebía agua a buchitos al proyectarse los vídeos conmemorativos, al escucharse los parabienes y enhorabuenas del mediodía. Se diría que quería pasar la emoción, que se le atragantaba a palo seco. Incluso el alcalde de Ortuella, Saúl Nebreda, habló de una empresa que crea trabajo en el municipio, que se mantiene fiel a sus raíces pese a que ha echado alas a lo largo de los años.
entre manjares Todo discurrió entre amigos, sí. Pero también entre manjares. Los invitados dieron buena cuenta del jamón a cuchillo, de los frutos de las buenas artes meigas de las pulpeiras en la cocción; de los corderos de Carlos Ibarrondo o de las anchoas sazonas con artesanía. La vida es hambre o festín, dijo el clásico. Y ayer no hubo hambrientos entre los presentes.
A la cita no faltaron autoridades municipales de las tierras que les rodean como el alcalde de Trapagaran, Xabier Cuellar; el alcalde de Muskiz, Borja Liaño, y el alcalde de Sestao, Josu Bergara; Ricardo Barkala, Pedro Barreiro, Juan Carlos Pérez Villa, Enrique Noain, Mikel Corcuera, Manuel Casares, Pedro García Paredes, Alex Bidetxea, Arrizen Monasterio; quien fuera presidente del Athletic, Fernando García Macua, Enrique Villegas, Juan Antonio Zarate, Juan Manuel Prieto; Itziar y Vanesa Ansareo, Alberto Rey, Enrique Naguarta, Alex Unzueta, Pedro Martínez y así un sinfín de invitados que se regodeaban con las vistas de los campos de golf.
A la cita no faltó gente de la casa como Carlos Lasa ni nombres propios consagrados como los de Pablo Berasaluze o el del campeón manomanista vizcaino Mikel Urrutikoetxea. Tampoco lo hicieron Josu Olazabal, Ana Pintor, Estibaliz Martínez, Almike Valiño, Yoli Adán, Itxaso Miñón, Mari Carmen Pérez, Javier Olascoaga, Enrique Campos y un buen número de amigos de una empresa que celebró por todo lo grande una vida esforzada e intensa, una de esas vidas que merecen la pena ser vividas.